Caracas, 06 de agosto de 2021.- El régimen ha estado dando tumbos en materia de política económica y ya ha anunciado la tercera reconversión monetaria. La primera fue en enero de 2008, en la que le quitaron 3 ceros al bolívar, luego la segunda fue en agosto de 2018 en la que le quitaron 5 ceros al bolívar, y ahora la tercera reconversión monetaria, mediante la cual eliminan 6 ceros a la moneda, en total le han quitado 14 ceros al bolívar.
El chavismo transformó al bolívar en una moneda inservible, una moneda que no tiene las propiedades como las conocemos en el mundo moderno, y ello ha implicado un proceso hiperinflacionario que destruyó el salario de los venezolanos, acabó con el ahorro y la moneda, y ha generado la mayor crisis económica que haya conocido Venezuela en toda su historia.
Esta tercera reconversión monetaria, es un maquillaje contable, al no estar acompañada de políticas macroeconómicas de fondo, que ataquen el problema de raíz, como el del déficit fiscal y del financiamiento inflacionario que hace el banco Central de la economía, que, cabe resaltar, fue el que destruyó la moneda. Sobre todo, debe desarrollarse una política que tenga un alto contenido social, orientado a mitigar los efectos de la crisis sobre los sectores populares de Venezuela.
Con esta nueva reconversión monetaria, al no estar acompañada de estas medidas económicas de fondo, lo que dará como resultado es lo que ya hemos apreciado todos los venezolanos en las anteriores ocasiones: Que los ceros del bolívar se vayan ganando poco a poco en la medida en que la inflación siga su curso, y es que va a seguir su curso porque las causas que las generaron, siguen intactas.
Desde Primero Justicia queremos alertar a los venezolanos que esto es solamente un maquillaje contable, cuyo propósito netamente es facilitar las transacciones, por lo que estamos proponiendo en consecuencia, aplicar medidas de fondo que ataquen el problema de la hiperinflación, que pongan la economía a crecer, y que por tanto generen un ambiente propicio para recuperar el poder adquisitivo de los salarios, de los ahorros, y de las pensiones de los venezolanos hoy arruinados por la hiperinflación.