Caracas, 18 de agosto de 2013.- Hace pocos días, Nicolás Maduro, en un discurso público, mencionó que hay "millones y millonas" de Bolívar. Un error lo comete cualquiera y más propenso aun es aquel que habla mucho, como le sucede a Maduro. En vez de excusarse y realizar una labor didáctica, Maduro, con la prepotencia que caracteriza al chavismo, bromeó afirmando que iba a pedir a la Real Academia que incluyese la palabra "millonas" que recién inventaba.
Lo peor que puede hacer alguien en funciones de gobierno es dar un mal ejemplo y esta semana hemos visto muchos. Las mentiras, las distorsiones en el lenguaje, las groserías y los insultos en boca de los máximos voceros del Gobierno contribuyen al modelo de antivalores que tanto daño le hace a la sociedad venezolana.
Las deficiencias en educación en Venezuela son uno de los problemas fundamentales que enfrenta nuestro país. Cientos de miles de adolescentes no tienen la posibilidad de terminar el bachillerato, para completar su formación. La exclusión que padecen los aleja del mercado laboral (el desempleo juvenil duplica la tasa de desempleo nacional) y no es de extrañar entonces que caigan en las garras de la delincuencia, el embarazo precoz (más de 100 mil menores de edad se embarazan cada año) y, en el mejor de los casos, opten por el empleo informal, mal remunerado y sin seguridad social.
¿SOLO IMPORTAN LAS PIRAÑAS?
Un delito reciente ha llamado la atención de Nicolás Maduro: las pirañas robapelo, gente dedicada a atacar a mujeres en plena calle para robarles su cabellera. Maduro les exigió a las autoridades policiales en cadena nacional que atrapen pronto a los culpables y, como siempre, les echa la culpa a los medios de una nueva "guerra psicológica" contra el Gobierno. Impresiona que Maduro no se preocupe de otros delitos: más de 50 personas son asesinadas diariamente en Venezuela sin que Nicolás se conduela de las víctimas y sus familias. En las cárceles venezolanas continúan también los asesinatos, más de uno diario en promedio. La Guardia Nacional ha sido triste protagonista en distintas tragedias recientes. Silencio total al respecto por parte de Maduro.
Las pirañas y muchos otros prosperan en Venezuela por un sistema de justicia colapsado, por un sistema de justicia que no funciona, en el cual los delincuentes pueden actuar con total impunidad.