Caracas, 25 de septiembre de 2013.- El problema de las drogas en Venezuela se ha convertido en un tema delicado. La situación a todas luces es preocupante, porque a decir de muchos, nos encontramos frente a un narcoestado, un estado complaciente en torno a esta materia y con muchas batallas perdidas que en éste nivel, son muy difíciles de justificar.
Cabe resaltar que existen tres aspectos fundamentales, a destacar dentro del problema del narcotráfico: Producción, Distribución o Tráfico y Consumo.
Con relación al primer punto, la realidad es que a pesar que se desconoce la producción en el país de cantidades importantes de drogas, sin embargo es de hacer notar que el mismo se ha convertido en una fuente para drogas ilícitas con cultivos de amapola de opio en la frontera con Colombia, de tal modo que hoy día, está latente la idea que Venezuela se estaría convirtiendo en un país productor de drogas.
El segundo aspecto es la Distribución y Tráfico ilegal de drogas; es decir, narcotráfico, aquí es donde Venezuela se destaca, constituyéndose en un país “puente” entre Colombia, como principal país productor y el resto del mundo, en países como Estado Unidos y Europa. Ahora bien, lo más grave es que Venezuela termina convirtiéndose en un puente de paso en lo relativo al tráfico de cocaína, marihuana y heroína; además de ser reconocido como un país o centro para el lavado o blanqueamiento de dinero proveniente directa o indirectamente, del comercio ilícito de drogas.
El tercer aspecto es el consumo. Venezuela hoy día se enfrenta con esta amenaza, a las mayores estadísticas que reportan el aumento en el consumo de drogas en el país. Prueba de ello es que la mayoría de los delitos cometido en Venezuela, están asociados con el tema de la droga; datos extraídos de fuentes policiales y judiciales así lo indican y todo ello implica un enorme costo social y económico para el Estado.
La situación actual es francamente preocupante, pues Venezuela carece de una estrategia nacional en materia de antidrogas ya que para atacar el flagelo, hace falta de una política nacional realmente seria que además exige y requiere gran cantidad de recursos económicos y asistencia profesional, entre otros elementos.
La realidad es que no existe una conciencia nacional sobre la gravedad de la situación. Generar conciencia no es tarea fácil, siendo ésta uno de los pilares fundamentales de sustento de cualquier estrategia, en el orden que debemos entender que para atacar efectiva y eficazmente el problema, debemos implementar estrategias cónsonas con la realidad: primero hace falta reconocer la magnitud del peligro y la amenaza para entender que el mismo representa daños irreparables al futuro del país y a la democracia.
Ahora bien, para implantar planes y estrategias bien concebidas y generar conciencia, es fundamental hacer de este problema un problema de Estado, producción, tráfico y consumo. En este sentido, atacar el problema de manera inteligente, utilizando todos los recursos posibles en técnicas de información, construyendo una campaña nacional antidrogas para finalmente disminuir el consumo, porque la solución al problema de las drogas está en la educación, el deporte y el sano esparcimiento de niños, niñas y adolescentes y en general de la familia, porque se trata de prevención desde su atención primaria en escuelas y comunidades, atacando el flagelo involucrando a la familia como célula fundamental de la sociedad y a sus miembros en el tema, haciéndolos copartícipes de la solución e involucrándolos en ella.