Caracas, 26 de agosto de 2015.- No, contrario a lo que opinen, piensen y elucubren los miembros del Psuv, el interior de la sede del partido Primero Justicia, en Los Palos Grandes (Caracas), no huele a guiso… Huele a pollo asado… o al menos durante esta tarde. Venezuela, mientras, es manejada –por el Gobierno- con la gracia de las nalgas que mueve y remueve una stripper cincuentona en pleno tubo de pole dance: algo grotesco, casi nefasto… del todo negativo.
Esta Venezuela de –presunta- patria bella, hermosa, también ahora se puede etiquetar con los hashtags –nada sublimes- #linchamientos #descuartizados #OLP #Fronteracerrada #arrecheracolectiva. No es un buen panorama. Y, en la calle, calle caliente y dura, mujeres amas de casa siguen ancladas a colas larguísimas, donde se consume de poquito a poquito las ganas y el orgullo de ser venezolano. A esa mujer, la de la cola, la bachaquera y no bachaquera, que no tiene en su cabeza el plan de salir a votar el 6D, ¿qué podría decirle Julio Borges, aquí, sentado en esta sala de conferencia, donde el aroma a pollo aún agua la boca? Borges responde: “Yo le diría a esa señora que precisamente porque estamos en la ley de la selva y en un momento en el cual no hay reglas de juego, ni institucionalidad ni separación de poderes; ni hay diálogo en el país, lo único que nosotros tenemos como arma, para poder desmontar esa ley de la selva, más la ruina y la decadencia moral de país, es lograr que ese espíritu de cambio se manifiesta a través del voto. Sabemos que no es un camino fácil. Está lleno de obstáculos, pero lo que diferencia esta elección de cualquier otra, es que nunca había habido una manifestación tan clara, casi unánime, de ciudadanos que quieren un cambio en el país. Casi 90% de los venezolanos quiere un cambio. Y no de maquillaje, sino de sistema económico, de la casta que está dirigiendo el país y un cambio en la cultura política que se ha instalado estos años.
-Vamos por partes, la clave es que hay que salir de este régimen, ¿cierto?
-Es que el país está tan descompuesto; en una crisis tan profunda, que salir del Gobierno no es el único problema que tenemos. Cambiar de Gobierno o ganar la Asamblea Nacional es un reto más, dentro de muchísimo retos que tiene el país…
-Claro, pero con este régimen, con “la revolución”, no se puede mejorar el país…
-Sí, ellos se han convertido en un tapón para el futuro de Venezuela. Y la esperanza que yo tengo, es que cuando reciban ese tsunami de votos se vean obligados a dejar la soberbia y entender que tienen que darle la cara al país y lo que espera una mayoría sólida.
-Esa mayoría sólida quiere que le mejoren la calidad de vida… y el Gobierno ha probado que suponiendo que quieran hacerlo, son unos incapaces… Entonces, ¿cómo se puede mejorar la vida de la gente, poner el país en vías de superación, si no se sale de esta gente?
-Son muchos planos: no solamente que los que están gobernando sean unos ineficientes o que no les interese el bienestar del país. Sino que el modelo, la visión ideológica bajo la cual están gobernando, está equivocado y ha demostrado que es una falla en Venezuela y en cualquier parte del mundo. Por donde lo veas, están condenados a fracasar por su incapacidad y visión ideológica. El problema de Venezuela no es simplemente ganar para tomar un conjunto de medidas de políticas públicas, sino que necesita transformar y casi fundar el pacto político en Venezuela. Lo que significa el diálogo político, la división de poderes y un gobierno civil...
-Eso es arrancar otro país…
-Es reconstruir un ABC democrático que se ha ido destruyendo durante todos estos años. Y por eso no es simplemente el desafío de ganar y aplicar políticas públicas sino dibujar nuevamente los planos de la casa, pero con una visión que no sea simplemente la de vamos como parte ganadora a imponernos sobre el otro, sino con una visión abierta y de integración e inclusión hacia los que salieran derrotados electoralmente.
-Ok, pero ¿cómo integras a los rojos radicales, los que han probado estar en contra de la democracia, de las leyes, de todo aquello que representa honor y principios?
-No lo planteemos como individualidades. Fíjate cómo los pueblos se transforman, evolucionan; caen en ensayo y error. Eso tiene una explicación que te la da la historia. Fíjate cómo en octubre del año 2012 gana Hugo Chávez las elecciones y apenas cinco meses después un millón de personas que votó por Chávez luego vota por Henrique Capriles. Eso te demuestra la permeabilidad y la apertura que tenemos nosotros para construir una nueva mayoría. Y esta mayoría ha probado que el sistema no funciona. Esa es la integración, cómo se construye un país que tiene que unificarse, plantearse un nuevo modelo, un nuevo pacto de derechos humanos, un nuevo pacto económico, de respeto a la iniciativa privada, a la producción. Sin eso es imposible. No te planteo un sueño sino un prerrequisito obligatorio para salir de la crisis. No es un sueño final. O aprendemos a trabajar juntos…
-Es decir, negociar con esta gente…
-En democracia nadie gana todo y nadie pierde todo. Todo el mundo es parte del sistema. En cambio, hemos tenido una democracia malentendida. Y los que están en el poder piensan que ganan todo mientras los demás deben perderlo todo.
-Eso no democracia…
-Claro que no.
-Para eso, entonces habría que cambiarle el chip a los líderes revolucionarios… cambiarle sus ideales…
-Ha quedado demostrado que sus ideales no sirven para mejorar el país. Lo demuestra la realidad económica, la realidad social y política. El reto es que esta elección del 6D servirá para “resetearlos” democráticamente. Para que ellos entiendan que su “software” de democracia, no tiene nada que ver con una democracia sana, plural. Yo sé que suena difícil…
-Difícil no, suena medio loco…
-Pero cuando hablamos de que el 6 de diciembre debe ser una fecha de inflexión es porque es imposible que no lo sea. Incluso ganando, ahí estarán los valores con los que nos vamos a relacionarnos con el país.
-Alguien me comentaba que si se gana el 6D por una soberana paliza (y el CNE decide dejar las trampas a un lado), eso inyectaría vitalidad y esperanza instantánea al país…
-No solo vitalidad sino racionalidad.
-Sí, pero viene el otro lado de la moneda: dos temores específicos: el primero, que se aplique un megafraude-chanchullo-loco y esa victoria no se concrete, lo cual aniquilaría, sepultaría la esperanza de la gente… y, el segundo temor, que ocurra un escenario EQUIS y que no se puedan montar las elecciones.
-Para mí los escenarios son muy claros: es imposible que no haya elecciones.
-En esta Venezuela, todo lo malo es posible…
-Un Gobierno tan débil como el que tenemos, que ya no tiene popularidad, que no tiene petróleo, ni líder. No tiene la fuerza para eludir la cita electoral. Además una cita electoral que el mundo entero está esperando… desde el Vaticano a la América Latina…
-Sí, pero igualmente una cita electoral a la que ni el Vaticano ni América Latina podrá venir a aplicar observación internacional…
-Sí, pero el spotlight está puesto aquí. Y la diferencia de esta elección a cuando, por ejemplo, Capriles compitió con Chávez o Maduro, uno de los retos es que mayoritariamente la gente no quería cambiar. La gente estaba descontenta pero no quería cambio. Eso se acabó desde que Maduro llegó al poder. La gente no solo está en contra de la incapacidad de Maduro sino que radicalizada en cuanto a la necesidad de un cambio ideológico y político. Y son niveles de 80 o 90%. Frente al voto masivo no hay trampa posible. Ni ventajismo ni miedo.
-Y qué le dices al que opina que la oposición no está planteando nada diferente…
-El que diga eso es un gran ignorante. Aquí nosotros tenemos una propuesta que es tan básica pero tan revolucionariamente diferente…
-¡No, no, nada con la palabra revolución!
-Para el statu quo que tenemos es un cambio radical. Un país donde haya separación de poderes; gobierno civil; derechos humanos; respeto a la propiedad privada; un país donde la política promueva el diálogo. Es lo contrario a lo que tenemos hoy.
-Para que esto marche bien, tendríamos que dejar a un lado los errores del pasado, los errores actuales y hacer algo totalmente diferente: enfocarnos en esa Venezuela que “debería” ser y que no fue. Y todo lo que dices suena maravilloso… para que se cumpla en unos 30 años…
-No creo. Un país como Venezuela es como cuando tienes un chamo y se cae pero sigue jugando. Yo estoy seguro de que la capacidad de reacción será muy poderosa, siempre y cuando se tengan las reglas claras y todos remen para el mismo lado.
-Lo más peligroso es que estamos dejando de ser un país, estamos perdiendo la humanidad en Venezuela… estamos ya cayendo en la barbarie. Falta un barco vikingo en La Guaira y nos mataremos con espadas y hachas medievales… ¿cómo podemos cambiar eso?
-Hay que tener una convicción profunda como seres humanos. Y estas no son palabras sino realidades: el dominio del mal no es lo que termina imponiéndose en la historia. Hay períodos muy malos pero siempre surge la búsqueda de lo que es bueno… yo creo que a veces cuando hay estas crisis tan negativas, por lo menos en la parte moral, espiritual, en la decadencia humana que estamos viviendo, el poder para reconciliarnos como venezolanos está allí, dormido, aplastado. Pero eso hoy por hoy, a pesar de estar opacados, siguen siendo los valores de los venezolanos. Tu pregunta no es banal. Lo que se traduce es que si no hay el liderazgo en un país, una empresa o una familia, las mejores personas pueden verse infectadas por lo negativo. Por eso no es banal conocer los valores morales de una persona que gobierna: y ese debe ser uno de los aprendizajes, que Venezuela no puede seguir apelando a Mesías. Venezuela no puede pensar que llegará alguien a salvarnos de esta crisis. Debemos entender que Venezuela necesita liderazgo. Al Mesías se le entrega un cheque en blanco. Al líder se le entrega un mapa y la gente lo acompaña, lo anima en ese camino.
-¿Y en la MUD está ese líder?
-Sí, yo creo que hay gente que tiene la buena voluntad de cambiar el país. Yo no quiero decir que ahí está la salvación del país para el próximo milenio. Pero bueno, hay gente que hace un gran sacrificio para que este país sienta, en este momento tan oscuro, que hay un puerto hacia la democracia y el progreso. Y creo que hemos avanzado en eso.
-Yo imagino que has escuchado dos o tres veces que la gente dice que los políticos se olvidaron del pueblo, que solo hablan cuando hay elecciones cerca. Y muchos se preguntan, de aquí al 6D ¿qué pasará?, ¿qué hacer? La pregunta es: ¿Cómo se capitaliza, a favor de la oposición, el descontento, la rabia, la impotencia que siente el pueblo y el rechazo hacia el Gobierno para que el 6D salga a votar no en castigo al régimen sino con la esperanza puesta en la oposición y sus líderes?
-Yo te diría que si nosotros pudiéramos presumir el desafío nuestro –y eso lo hemos hablado a lo interno- es que la gente no vote en contra de, sino a favor de. Eso para nosotros es el salto cuántico más grande que pueda haber. Que no sea un voto castigo, sino a favor de un cambio que tenga contenido. Y que el discurso nuestro no sea “venezolanos, esperemos sentados hasta el 6 de diciembre”. Sino que vayamos a un proceso de organización popular, de defensa del voto. Un proceso de hacer rebotar nuestro mensaje en todas partes. En el caso de Primero Justicia dedicamos lo fines de semana a trabajos sociales. Esa es la mejor política.
-¿Qué pasó con María Corina Machado? ¿Era muy radical, peligrosa, para la MUD?
-Para nada, la MUD es plural. Lo importante es que todo el mundo comparte la misma visión y el mismo diagnóstico de lo que pasa en Venezuela…
-Sí, es plural pero siempre prevalece lo que dice el liderazgo de la MUD…
-Claro, claro. Mira, el año pasado hablar de la Asamblea Nacional casi era traición a la patria. Decíamos que no había que desinflar a la gente con ese proceso llamado “La Salida” sino que había que concentrar fuerzas en ganar la Asamblea Nacional. Y eso, en aquel momento, parecía un sacrilegio, pero se demostró que teníamos razón. Creemos que si nos hubiéramos organizado un año antes a este trabajo de hormigas, en las zonas rurales, en las fronteras, en los barrios, hoy tendríamos más fuerza. Estaríamos menos desgastados. Lo que quiero decir es que la conducción política requiere visión, tenacidad, serenidad y más bien hubiera sido muy importante para nosotros que María Corina estuviera en la Asamblea Nacional. Lamentablemente, la persona que ella postuló no aceptó la posición que, de acuerdo a las reglas de la Unidad, tocaba…
-Bueno, vamos a estar claros. Si yo hubiera sido María Corina, y me ponen a Freddy Guevara en mi circuito, yo les digo: epa, éste es mi circuito, a respetar…
-Nadie es dueño de su circuito. Y no puedo opinar de eso porque no estuve en esos acuerdos. Pero todo se hace siguiendo reglas de juego que ya llevan siete años. Sin esas reglas no podríamos ser una unidad perfecta.
-¿Unidad perfecta?, ese término suena demasiado grande…
-Lo digo en el sentido de que no hay dobles candidaturas de parte nuestra. Eso se logró porque no hay reglas de juego. Todos tenemos que poner de lado el ego, las aspiraciones personales. No es momento de hablar de candidaturas presidenciales. Eso hay que superarlo.
-Vamos a pensar en el peor escenario: digamos que sale todo el mundo a votar para salir de esto. Y a eso de las 3 am, por fin el CNE da el boletín y anuncia que la mayoría de la AN es roja. ¿Ustedes han analizado ese escenario?
-Sí, claro. Ahí hay una variable que debes tener en cuenta: el voto masivo. No hay fórmula con la cual la gente vota por el candidato “a” y ese vota luego se aplica al candidato “b”. Eso no existe hoy ni en ninguna elección.
-¿O sea que me aseguras que no hay ningún hacker del Gobierno ni salas técnicas en Cuba, que puedan modificar o alterar los resultados?
-Eso no existe. Y recuerda que abrimos el 56% de las cajas. Podemos verificar el voto electrónico con la papeleta. El fraude que existe es el ventajismo, el miedo, la coerción, la regaladera de plata, las cadenas.
-¿Entonces confías en el CNE?
-No, yo no confío en el CNE, para nada. Pero confío en el pueblo venezolano. Y nuestra capacidad para organizarnos.
-Ok, si el Gobierno –dices tú- que no lo tiene, dime que la MUD sí tiene un superhacker que ha analizado todo eso.
-Sí, tenemos que tratar este tema sin el ruido y la ansiedad que el Gobierno alimenta para que el pueblo no vote. El fraude electrónico que transforma el voto de una persona, no existe.
-Julio, aquí se está esperando “que la cosa explote” desde hace varios años. Resulta que la cosa ya comenzó a explotar pero en cámara lenta… si esto sigue así, pronto se acaba la comida y si no se acaba, no habrá real para comprarla. Esto es crítico…
-La idea es que nosotros podamos evitar que, como decimos los venezolanos, la sangre llegue al río; evitar el choque de trenes. Porque cualquier salida diferente a ganar la Asamblea el 6 de diciembre, la vamos a lamentar. Salidas que signifiquen caos, explosión social, golpes de Estado, serán alegrías de tísico.
-¿Y si Diosdado te dice, Julio, ven acá, vamos a negociar, confía en mí…?
-No es un tema de negociación de cúpulas sino de darle expresión a un país que ya se unió. El 6 de diciembre no es que Venezuela va a evaluar si decide cambiar… Hoy, ya Venezuela decidió cambiar y ese día lo expresará. Hoy el país está unido. Hay una Venezuela absolutamente jodida y un grupito que está gozando su fiesta privada, que está divorciado de la realidad del país. El país ya tomó la decisión… te digo algo, te lo digo de corazón, para mí el hecho de pensar que esta crisis tendrá su salida en el voto, es uno de los motivos de orgullo más grandes por ser venezolanos. Que después de la hecatombe, sea el voto lo que evite el choque de trenes, convertirá a esa fecha en histórica.
-Para no ser aguafiestas, solo diré: amén.
Entrevista realizada por el periodista Carlos Flores para Newsweek en Español.