Este año está prevista la aprobación de una Ley del Empleo Joven Productivo, con la cual se busca proteger el derecho de los más jóvenes en el mercado de empleo.
Inicialmente estaba programada para finales de septiembre, según indicó el Presidente Nicolás Maduro, quien será el encargado de darle el ejecútese vía Habilitante. "Yo he ordenado que esta ley termine de ser pulida, que convoquemos a toda la juventud del Polo Patriótico, a la juventud deportista, a la juventud de los consejos comunales y a la juventud cultura para que a más tardar el 30 de septiembre la tengamos lista", dijo.
Lo cierto es que a mes y medio del vencimiento de los poderes habilitantes del Presidente, la normativa que ampararía a los más jóvenes en materia de empleo no ha sido aprobada ni se conocen mayores detalles de su contenido y alcance.
Desde el sector oficial se vende como una legislación "muy importante" para la juventud, pero para quienes estudian el comportamiento del mercado laboral el reto se concentra en su aplicación.
Para Aurelio Concheso, presidente de la Comisión Laboral de Fedecámaras, "no hay que partir de leyes que van en contrasentido de la realidad económica del país".
Considera que cualquier legislación es bienvenida cuando lo que pretende es establecer unas condiciones mínimas de trabajo, pero no puede descuidarse que el éxito de la implementación va más allá de lo que pueda establecerse por escrito.
"Una ley de empleo juvenil se hace cuando los niveles de actividad económica están en crecimiento. Estamos en una recesión que se está profundizando", precisó.
Concheso señaló que basta con revisar las cifras de empleo del Instituto Nacional de Estadística (INE) y ver cómo el número de patronos privados va descendiendo y, con ello, el empleo de calidad, independientemente de que las leyes laborales hablen de inamovilidad.
Agregó que esto se explica porque no hay condiciones para invertir. "Las economías crecen por dos razones: porque crece el consumo y la inversión. Cuando se está invirtiendo se está haciendo una expansión de las líneas de producción, infraestructura y, en general, los negocios van generando nuevos empleos", apuntó.
Según los datos oficiales, existen 394.012 empleadores privados, unos 77.839 patronos menos que hace un año. Pese a ello, la fuerza laboral creció en 375.294 nuevos puestos de trabajo, para un total de 13.266.054 ocupados al mes de julio.
Al respecto, Concheso considera que la mirada no debe estar solo puesta en la cantidad, sino en la calidad. "Todos los sectores están pasando por un mal momento", insistió, al resaltar que la reactivación del empleo demanda una revisión de la política económica.
Recordó que el acceso de los jóvenes al trabajo, sobre todo los que no tienen formación universitaria, comienza por los sectores comercio, servicio y construcción, cuyo comportamiento se ha visto afectado por la falta de insumos producto de la política cambiaria.
En el caso del personal universitario y obreros especializados, aseguró que el panorama no es diferente, pues la industria atraviesa los mismos males. Lo preocupante, advierte Concheso, es la fuga de talento joven del país ante la falta de oportunidades para su desarrollo profesional.
El Universal.com