María Auxiliadora Dubuc: ¿Corrupción en Venezuela?


Caracas, 10 de octubre de 2013.- Finalmente se activó el debate, pero es que la corrupción en Venezuela siempre existió, de modo que no es nada nuevo. Sin embargo, no por eso es menos preocupante el tema cuando hoy en día se desborda ante nuestros ojos inmisericordemente, tal cual haciendo el comparativo nos convertimos en una suerte de Sodoma y Gomorra, donde la inmoralidad campea, una, que nos deja perplejos a todos los venezolanos.

Los hechos de corrupción merman la calidad de vida de los ciudadanos generando un clima de desconfianza a todo nivel, sobre todo institucional. El punto es que en esta Quinta República y bajo promesas de una Revolución que lo cambiaría todo, estos hechos han alcanzado nuevas dimensiones, favoreciendo así el incremento desmedido de la delincuencia organizada y su penetración en el aparato económico del Estado, esto podemos palparlo por la cantidad de dinero en calle, por lo que vemos invierten un grupo de venezolanos en carros, viviendas y lujos de toda índole, mientras otro grupo, la gran mayoría, pasa trabajo y penurias sin fin.

El auge de la corrupción tiene una conexión directa con la crisis de seguridad en el país, pero no se puede esperar menos de un estado delincuente que se muestra complaciente y permite que la estructura de la delincuencia se organice y se asiente, secuestrando nuestras instituciones. Es así como dentro de un marco de impunidad sostenida, la corrupción se adueña poco a poco del país. Para mencionar algunos aspectos tenemos el tráfico de drogas, hemos pasado de ser un país de tránsito a avanzar en este tema convirtiéndonos en un país productor y consumidor. Por si fuera poco, el secuestro, extorsión, sicariato, tráfico de armas y personas, comercio ilícito, la mafia en las cárceles y también fuera de ellas, contrabando de gasolina, celulares y mercado negro ya que el control de cambio favorece la corrupción, la legitimación de capitales a través de los bancos, casas de cambio, bienes raíces, lavado de dinero, este control proporciona oportunidades y todo pasa por el mercado negro del dólar que permite que la corrupción teja sus redes estableciendo carteles que cuentan con una estructura horizontal de delincuencia organizada, que va captando funcionarios policiales, militares, civiles y empleados públicos, a conveniencia.

Tenemos igualmente corrupción en la prestación de servicios, nombramiento de ministros, directivos y gerentes sin ninguna experiencia en el área, sin capacidad técnica, manejan servicios tan importantes como la energía eléctrica, procesos de contrataciones irregulares, sobreprecio en la designación de obras, entre otros aspectos. En el sector aluminio, en los alimentos y su distribución, en Mercal, pasando por la misión vivienda, 485 personas estafadas por el cobro de cupos para adjudicación, chanchullos de toda índole, sobornos en Bandes, cobro ilegal para gestionar misiones, corrupción en el Saime, y paramos de mencionar algunas más.

El panorama es dantesco, la legislatura está hecha, las normas castigan a los que delinquen, existen leyes que sancionan la corrupción, la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada es una de ellas y la Ley Anticorrupción, cuya reforma está en Segunda Discusión en la Asamblea Nacional y se encuentra en un limbo, ha sido engavetada, porque se ha convertido en la manzana de la discordia desde el 2011, resulta indispensable desempolvarla ya que pasa por un ajuste en las sanciones de considerable importancia, entre otros aspectos.

Como consecuencia de esta situación tenemos que el 87 % de los venezolanos considera que hay corrupción en el sector público de acuerdo a una encuesta sobre delincuencia organizada en Venezuela realizada por la Asociación Paz Activa con apoyo de la Unión Europea, igualmente y de conformidad a la Encuesta realizada por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), el 62% de los venezolanos considera que el Gobierno es el responsable de la corrupción en el país.

El asunto es complejo, pero las soluciones están definitivamente en manos de todos, atacar la burocracia privilegiando y reconociendo el talento y la capacidad de la gente es básico, igualmente es fundamental fortalecer las instituciones con la intensión de generar confianza en la población, de manera que efectivamente opere la separación orgánica de poderes y su independencia, para ello es necesario reformar la estructura del Estado, pasando por un proceso de reestructuración del Poder Judicial, esto es, TSJ, Tribunales, Fiscalía, Defensoría del Pueblo, además de elegir el Contralor General de la República, como un poder absolutamente independiente, de conformidad a lo consagrado en nuestra Constitución y demás leyes que regulan la materia.

Igualmente es importante no politizar el tema de la corrupción, utilizarlo como bandera política resulta más que miserable y eso no ayuda a resolver nada. Es necesario activarse, en virtud que la tolerancia al delito se ha transformado en una suerte de impunidad, porque los delitos no son castigados, prueba de ello es que desde 1999 hasta la fecha, se han denunciado a más de 796 personas por hechos de corrupción en el país y ¿dónde están los casos investigados y condenados? Más de 140 casos denunciados reposan en la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, igualmente y es que al parecer hay una suerte de solidaridad entre quienes cometen actos de corrupción y quienes tienen la responsabilidad o competencia para sancionar a quien delinque.

Es imprescindible fortalecer las instituciones y aquellas instancias que tienen competencia para sancionar la corrupción, pero además se hace urgente sumar esfuerzos para sembrar principios y valores en la población, educar en esa área a toda la sociedad, la formación en ética y liderazgo a los funcionarios públicos, mejorar el sistema educativo y transformarlo hacia la promoción de valores y principios éticos y morales, instaurarlos nos hará irreductibles, generando así espacios para la participación de la gente en la denuncia y en el control social de las instituciones. La lucha contra la corrupción es tarea de todos y cada uno de los venezolanos, y como se dijo una vez no se debate, se combate.

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