El mundo está inmerso en la permanente dinámica de globalización. Al lado de las oportunidades que genera este proceso, coexisten aspectos negativos como el crimen organizado, el terrorismo, la subversión, el narcotráfico, los nacionalismos exacerbados, las autocracias y el comercio desleal. El reto de Venezuela es fomentar un proceso de globalización que traspase el simplismo de la retórica antiglobal o de la sumisión pasiva a las fuerzas internacionales, proponiendo alternativas de desarrollo humano sustentables.
La globalización responsable debe ser una mundialización. Para la globalización no hay personas ni comunidades con historia, cultura, necesidades o proyectos, sino entes económicos dentro de un mercado global. En cambio, la mundialización es protagonizada por personas, comunidades y naciones que se relacionan entre sí con libertad, dignidad y justicia. Al lado de las estructuras tecnológicas y económicas, éstas construyen leyes e instituciones responsables y solidarias que brindan un marco de acción conocido, construido y aceptado por todos, con pleno respeto a la cultura, la tradición, valores y creencias de cada pueblo. La mundialización busca globalizar los valores fundamentales de los seres humanos, como los derechos humanos universales y la responsabilidad solidaria.