La balanza de la injusticia


Caracas, 06 de noviembre de 2012.- El hijo de un general activo es capturado in fraganti tratando de asaltar a un taxista. El primo del Presidente de la República es víctima del hampa mientras se celebraba una fiesta en su casa, en el estado Carabobo. ¿Qué tienen en común estos casos? Muy sencillo: el sistema de justicia venezolano los trata en forma preferencial, diferente a como trata al común de los venezolanos. El hijo del general es puesto en libertad, en régimen de presentación, a pesar de tener un historial bastante amplio de problemas con la justicia. Para investigar el caso del primo del Presidente envían una comisión especial desde Caracas, ya que al parecer los ladrones se llevaron un botín muy cuantioso.

Robos, atracos, secuestros y asesinatos ocurren diariamente a lo largo y ancho del país sin que el Gobierno responda a las víctimas, investigando como le corresponde. ¿Dónde queda la protección del Estado para brindarle seguridad a sus ciudadanos, y peor aún donde queda la justicia? ¿A cuántos antisociales les ha caído el peso de la ley?

Han pasado más de 14 años de Revolución Bolivariana y Venezuela en vez de progresar, al contrario se ha convertido en un país donde sus gobernantes no pueden garantizarle seguridad a los ciudadanos, es un terraplén al mejor estilo del Lejano Oeste, donde los que delinquen, matan y roban no les pasa nada; mientras que los ciudadanos viven con miedo y están a la buena de Dios. Y para más colmo, la posibilidad del pueblo para acceder a la justicia se perdió.

La justicia no debe ser algo ajeno y menos algo a lo que acceden unos pocos privilegiados. La justicia debe ser un principio aplicable para todos por igual, ese es nuestro sueño y nuestro proyecto de vida. Queremos una Venezuela donde todos estemos protegido por el Estado y que los gobernantes se ocupen hacer cumplir que todo aquel que cometa un delito le caiga todo el peso de la ley. Justicia es el clamor del pueblo porque sin justicia un país no puede progresar; hoy el Gobierno es cómplice de la violencia desatada y de la destrucción de familias al ser indiferente ante los altos índices inseguridad.

Creemos en un cambio, creemos en un país donde la justicia sea un derecho para todos por igual y creemos que todos podemos progresar.

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