Julio Borges: Cuba y Venezuela, unidos en la tiranía, amenazan la libertad y la estabilidad en América Latina


Caracas, 12 de agosto de 2021.- Los horripilantes hechos ocurridos en los últimos días en Venezuela y Cuba han revelado, no solo el carácter antidemocrático de los dos regímenes que permanecen en el poder por la fuerza de la violencia, sino también la interconexión de dos sistemas autoritarios que amenazan a todas las democracias de Occidente. Se necesita una mayor acción internacional para advertir a estos dos regímenes de que el mundo ya no tolerará sus graves abusos contra los derechos humanos y su total desprecio por el Estado de derecho.

Estos crímenes han sido particularmente evidentes en las calles de Venezuela recientemente, donde el mundo fue testigo de un incremento del aparato represivo del régimen de Maduro. Varios líderes políticos han sido perseguidos y acosados, junto con numerosos activistas de derechos humanos y periodistas. De hecho, los esbirros del régimen han llegado al extremo de detener a familiares de perseguidos para implicar falsamente a víctimas inocentes.

Este es el mismo patrón de violaciones que ha venido cometiendo el régimen de Maduro durante años. Manipulan groseramente el sistema de justicia para castigar a personas inocentes, mientras realizan detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales.

A principios del mes pasado, a plena luz del día, en una concurrida carretera de Caracas, el régimen arrestó arbitrariamente al diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela, Freddy Guevara. Ha sido mantenido en régimen de incomunicación permanente, en precarias condiciones carcelarias y sin derecho a un juicio justo. Guevara se suma a una larga lista de más de 300 presos políticos, entre ellos soldados patriotas, que han sido víctimas de asesinatos, torturas y actos degradantes simplemente por su decisión de defender legalmente nuestra Constitución.

En Cuba, se experimentan hechos similares en medio de unas protestas históricas, inéditas y masivas. Fueron más de 5,000 detenidos, entre los que destacan activistas de DDHH, periodistas y personalidades del mundo artístico. La maquinaria represiva del régimen de La Habana se ha desatado, causando miles de heridos y otros fallecidos, cuyas cifras se desconocen por la censura que impone esta dictadura con la limitación de los servicios de Internet y electricidad. Sin embargo, las imágenes de la represión hablan por sí solas, las agresiones contra un pueblo por exigir sus derechos son brutales, producto del llamado a la violencia del dictador Miguel Díaz-Canel.

Estas acciones dictatoriales en ambos países confirman la relación de interdependencia que existe entre Nicolás Maduro y la dictadura cubana. Los dos regímenes se complementan, son un solo cuerpo aliado en contra de la democracia, los derechos humanos y la estabilidad no solo de dos naciones, sino de toda la región.

Son un desafío sin precedentes para quienes defienden las ideas de la libertad y la democracia, pero también para las instituciones que buscan garantizar la paz y seguridad, pues que se trata de proyectos que se han deslindado de la ley al amparar y promover el crimen, la corrupción y el terrorismo. Un ejemplo palpable de que ambos regímenes son una misma entidad, es que en medio de la masiva protesta en Cuba, Maduro envió a la isla a su vicepresidenta como una muestra irrestricta de su apoyo a la maquinaria de represión de quienes gobiernan ese hermano país desde hace más de 60 años.

De manera que es un deber político y moral de las democracias del mundo, así como de los defensores de DDHH, no solo alzar su voz frente a esta arremetida autoritaria, sino implementar acciones para acompañar la causa libertaria en ambas naciones. Ya no se trata de una lucha que solo compete a venezolanos y cubanos, estamos ante una epopeya que busca liberar a todo un continente de un sistema opresor, causante de sufrimiento, exilio y ruina. Esta gesta solo se compara a lo que fue en su momento la caída del Muro de Berlín, el nacimiento de una nueva época que tiene que ser de progreso, libertad y unión latinoamericana.

El abogado estadounidense y gran defensor de los derechos civiles, Clarence Seward Darrow, dijo: “Solo puedes proteger tus libertades en este mundo mediante la protección de la libertad de otro hombre”. Una frase que nos permite subrayar la importancia de que la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela y Cuba requiere del compromiso, acompañamiento y protagonismo de la comunidad internacional.

Al final de cuenta, una nación solo será democrática si vive dentro de un concierto internacional de naciones libres, por ello, la indiferencia no puede ser la bandera que rija estos tiempos, al contrario, el mundo necesita consensos y acciones que se encaminen a diseñar nuevas formas de lucha en contra de la opresión y de quienes desconocen los valores democráticos. Mirar al costado mientras se cometen crímenes de lesa humanidad, significaría la dimisión de los demócratas del mundo frente a la barbarie.

A las puertas de la libertad nos esperan 30 millones de venezolanos y 11 millones de cubanos, es nuestro deber no hacerlos esperar más.

Julio Borges es el Comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores de Venezuela, coordinador nacional y fundador del partido político Primero Justicia, diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela durante tres períodos. Abogado de la Universidad Católica Andres Bello, con maestría en Filosofía Política y Social en el Boston College de Estados Unidos y Maestría en Políticas Públicas y Estudios de América Latina en la Universidad de Oxford.

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