Reinaldo Aguilera: Cogobernar con el chavismo hasta 2018


Caracas, 02 de octubre de 2017.- Cogobernar con el chavismo hasta 2018, hasta finales de 2018. ¡Terrible escenario, ¿verdad?! ¿Aguantaríamos la destrucción lenta, pero segura de lo que queda de país? Intentemos en este momento hacer un ejercicio y visualicemos cómo será 2018.

Entendemos que en un país donde la gente muere de hambre y de enfermedades sin cura, por la escasez de alimentos, medicamentos y atención médica; donde familias enteras salen para buscar qué comer entre la basura; donde vemos a parturientas trayendo a sus hijos al mundo en salas de parto improvisadas en salas de espera; donde no hay vacunas para inmunizar a los recién nacidos; donde el poder adquisitivo no vale absolutamente nada; donde el dólar paralelo se cotiza a Bs. 29.146,11 (al momento de escribir este artículo); donde se necesitan 11 salarios mínimos para equipar a un solo niño para el regreso a clases; donde la violencia criminal campea por doquier ante la mirada complaciente de las autoridades gubernamentales; donde los niveles de violencia familiar y social espantan hasta al más pintado; y desde donde huyen miles de personas a diario hacia destino desconocido intentando hallar calidad de vida, cavilar sobre las elecciones presidenciales de 2018 se torna impensable.

La inmediatez del día a día, impide a los venezolanos centrarse a especular cómo será el año próximo, porque cada quien libra su batalla personal desde que se levanta hasta que se acuesta para resolver las decenas de problemas que se han generado a partir de las erradas políticas socio-económicas implementadas por el régimen chavo–madurista.

Pero ese panorama oscuro, nefasto, borrascoso de 2018, puede comenzar a cambiar si todos los venezolanos nos comprometemos con el país y acudimos a votar en las elecciones regionales del venidero 15 de octubre, proceso a través del cual podremos escoger a los 23 gobernadores de estado. Pero no se trata solamente de expresarnos en las urnas, sino de seleccionar a quienes desde la cabeza del poder ejecutivo regional tendrán que enfrentarse a Nicolás Maduro. Y nosotros debemos hacernos con la mayoría indiscutible de esas gobernaciones.

¡Ya basta de dejarles la responsabilidad únicamente a los partidos políticos! Venezuela nos pertenece a todos y cada uno de nosotros posee el mando de modificar la realidad a través del arma más poderosa: el voto.

Los regímenes dictatoriales y autoritarios como el de Nicolás Maduro, no soportan medirse en contiendas electorales porque son violadores natos de los Derechos Humanos, de allí que manejen los tribunales a su antojo para confeccionar a la medida leyes que les favorezcan. Es así como un TSJ ilegítimo, desconoció primero a la Asamblea Nacional electa mediante voto popular, directo y secreto en 2015 con el visto bueno de 13,3 millones de venezolanos y autorizó luego a Maduro a convocar una Asamblea Nacional Constituyente comunal, saltándose todas las consideraciones establecidas en la Carta Magna y derivando en una instancia írrita que no es reconocida nacional ni internacionalmente.

Antes lo hicieron con el referéndum revocatorio que las organizaciones con fines políticos agrupadas en la MUD, intentamos el año pasado para rescindir el mandato presidencial y posteriormente repitieron la dosis, ordenando al CNE diferir por un año las elecciones regionales estipuladas en la Constitución y, subsiguientemente adelantarlas para octubre de este año, cercenando al mismo tiempo un proceso mediante el cual se debían escoger gobernadores de estado y diputados a los Consejos Legislativos regionales.

La baja popularidad de Nicolás Maduro y su entorno, ha llevado a las rectoras del Consejo Nacional Electoral afectas al partido de gobierno, a descerrajar toda la normativa legal vigente y a organizar un proceso mediante “resoluciones” del directorio que se brincan lapsos y procedimientos. No es posible que hasta la fecha, los venezolanos desconozcamos si procederá o no la sustitución de candidaturas, en el caso de la Unidad que escogió, en buena lid, a 19 de sus 23 aspirantes el pasado 10 de septiembre.

No conforme con todas las marramucias cometidas, el Psuv designó a dedo a quienes van a competir con nuestros candidatos a las gobernaciones, reciclando nombres y figuras que tienen un historial oscuro, pero como se ha hecho costumbre en ellos, pasándole por encima incluso a una militancia que está ávida de cambios internos y que también desea expresarse por líderes naturales.

No es momento para el desánimo, no es momento de tirar la toalla, no es momento para abstenerse y no es momento para que el gobierno gane por forfait. No repitamos la decisión trágica de 2005 de llamar a la abstención que le dio al Psuv la totalidad de la Asamblea Nacional.

A Maduro le resultará mucho más difícil sostenerse en el poder si tiene a 18, 19 o 20 gobernadores en su contra, porque desde el punto de vista internacional está muy mal parado, tanto que se vio en la necesidad de resucitar el "diálogo” con la oposición para intentar ganar tiempo. No permitamos que la correlación de fuerzas en estas elecciones regionales sea desfavorable para nosotros y que el Psuv obtenga la mitad o más de las gobernaciones si realmente no queremos cogobernar con el chavismo hasta finales de 2018.

Venzamos el miedo, la apatía, el desánimo y salgamos todos a votar por los candidatos opositores. No le regalemos el voto a Maduro, no permitamos que el gobierno siga generando zozobra entre quienes lo adversamos. El enemigo está al frente, no al lado. Es hora de unir voluntades, la comunidad internacional está atenta, pero la decisión final está en nuestras manos. Así de simple y sencillo.

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