Julio Borges: Lo que avanzamos


Caracas, 20 de agosto de 2017.- Hoy, millones de venezolanos luchamos en contra de un sistema que nos ha llevado a una de las peores crisis sociales, económicas y políticas de nuestra historia. En estos momentos, más de tres millones de personas recurren a la basura para alimentarse de sobras y desperdicios, las cifras de desnutrición en niños y adultos incrementa día a día de manera acelerada; el salario mínimo es incapaz de compensar los altos niveles de inflación y, hasta mayo de este año, eran necesarios al menos 15 salarios mínimos para comprar una casta alimentaria básica para una familia de 4 personas.

Hoy cientos de personas han muerto por falta de insumos y medicinas, los hospitales se caen a pedazos por falta de mantenimiento; enfermeras y doctores no cuentan con herramientas básicas para atender a sus pacientes; enfermedades que se sabían extintas en nuestro país han causado decenas de muertes y niños en hospitales infantiles mueren a causa de una contaminación denunciada desde hace más de cuatro meses.

Conseguir en nuestro país las cosas más básicas se ha vuelto una tarea de sobrevivencia. Gas doméstico, agua y comida son el dolor de cabeza de millones de personas que hacen horas de cola para conseguir un producto.

La cifra de homicidios, solo el año pasado, superó los 28 mil. Se ha hecho costumbre despedir a nuestros familiares en el cementerio por culpa del hampa y la poca prioridad que le dan a la seguridad quienes gobiernan. Y despedirlos también en el aeropuerto, pues la falta de oportunidades no les permite desarrollarse en su propio país: 1,5 millones de venezolanos han decidido emigrar buscando un futuro distinto a este.

Hoy, tras cuatro meses de lucha en las calles, el régimen ha perdido el apoyo de la comunidad internacional, incluso ha perdido el respaldo de sus mismos adeptos. Han quebrado las bases de la Constitución, se enfrentan a una crisis económica que no pueden manejar y han recurrido a la violencia y a la violación sistemática de derechos humanos para contener el rechazo de un país. Finalmente, consumaron el fraude de la ANC para sustituir por la fuerza la única Constitución vigente: la de 1999.

Continuar juntos en la lucha

Quienes luchamos por un cambio logramos que el mundo entendiera y asumiera la fase dictatorial que estamos viviendo en Venezuela. Así lo han señalado más de 45 países que desconocen el fraude constituyente.

Hoy debemos continuar esa presión internacional junto a la presión de un pueblo que vive la más dura de las crisis.

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