Julio Borges: Tres años de atraso


Caracas, 19 de abril de 2016.- Ya se cumple la mitad del período de gobierno por el cual Nicolás Maduro permanece en la presidencia, debido a la cuestionada elección del 14 de Abril de 2013 que los poderes públicos en manos del Partido Socialista Unido de Venezuela impidieron su revisión. Maduro ha sumergido a Venezuela en la peor crisis de su historia sin tomar decisiones concretas que no permitan salir del atolladero.

Tres indicadores claros de su gestión nos demuestran la gravedad de la crisis: el primero, nuestra Economía decreció 8% mientras que la inflación oficial supera el 300% y la inflación de alimentos más del 1.200%, la escasez de productos y medicinas básicas ronda el 90%, un desastre que empobreció a 76% de los venezolanos, la mayor pobreza que hemos vivido desde 1975, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2015 (ENCOVI), realizada por la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar. 

El segundo, la violencia exacerbada, más de 75.000 homicidios, el 82% de ellos se cometen con armas de fuego, y solo el 2% de los casos denunciados obtienen una sentencia. A la par más de 50 linchamientos han ocurrido en las calles desde el segundo semestre de 2015. Problema que no ha sido ni mencionado por Nicolás Maduro.

El tercero, la agudización la crisis política, al obstaculizar por medio del Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral el ejercicio de las facultades constitucionales de la Asamblea Nacional, el único poder incuestionablemente elegido y representativo de los venezolanos,  que en tres meses ha dado muestras de su trabajo por disminuir la inflación al reformar la Ley del Banco Central, por aliviar la crisis de nuestros abuelos al aprobar la Ley de cestatickets, por disminuir la escasez al promover la Ley de Producción Nacional, por hacer propietarios a aprobar la Ley de Propiedad para Viviendas Sociales y por fomentar la participación de los venezolanos al aprobar la Ley de Referéndums, que regulará el Referéndum Revocatorio que ya debe ser activado y que mediante triquiñuelas y normas inventadas el Consejo Nacional Electoral intenta retrasar. 

Se trata de la peor crisis de toda nuestra historia, que no es consecuencia de la disminución de los precios del petróleo, sino del robo, regalo y malgasto del millón de millones de dólares que ingresaron a Venezuela durante las casi dos décadas en las que el gobierno del Partido Socialista Unido de Venezuela destruyó la producción nacional a través de expropiaciones, controles de cambio y de precios e imprimiendo billetes sin control, políticas continuadas por el Gobierno de Nicolás Maduro, quien no ha tomado ni una sola decisión para cambiar esta dirección. Pero la gran mayoría de los venezolanos se mantiene firme, con la mirada puesta en el Revocatorio, que con la fuerza de todos debe realizarse este año, para revocar este desastre, enmendar los errores y avancemos a un mejor futuro para todos los venezolanos.

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