Henrique Capriles: Abramos el debate


Caracas, 07 de febrero de 2016.- “Dos errores no hacen un acierto, pero hacen una buena excusa”. Y cuando de excusas se trata este gobierno se lleva el primer lugar. No han entendido -o no quieren entender- que el modelo que vociferan, como si fuera una gran panacea, no ha servido más que para generar crisis y hambre; y no han aprendido que cuando las cosas no van bien debes cambiar la manera en que las haces porque de lo contrario no van a mejorar. La crisis no se va a solucionar cometiendo los mismos errores una y otra vez.

Ya el presidente Hugo Chávez había propuesto la instalación de gallineros verticales y cultivos organopónicos en las viviendas, incluso podían verse en lugares como los alrededores de la Avenida Bolívar; les pregunto ¿eso funcionó? Ahora Nicolás Maduro, en su afán de repetir errores, propone la instalación de conucos urbanos para solventar la crisis de los alimentos.

Es sumamente grave oír este tipo de propuestas de la boca de quien ocupa, “por ahora”, la jefatura del estado, eso solo les dice a los venezolanos la desconexión que el gobierno tiene con las necesidades del pueblo y la poca importancia que le da a solucionar los problemas.

Al gobierno se le han dado muchas oportunidades, han pedido tiempo y el tiempo ha transcurrido sin ningún tipo de cambio, han jugado con la paciencia del venezolano apostando a que esta no tenga límite. Pero lo cierto es que frente a una crisis que va a 200 kilómetros por hora, el gobierno quiere seguir esperando. Esperando no sabemos qué.

La inflación en enero fue de más de 30% ¿se imaginan la proyección para el cierre de este año? Estamos hablando de que en 2016 podría duplicarse, o más, la inflación que hubo en 2015, que fue la más alta del mundo.

El gobierno no quiere hacer nada para cambiar, para solucionar la crisis económica y social que hoy tiene a los venezolanos haciendo largas colas, para adquirir cada vez menos alimentos y productos de primera necesidad, porque cada vez hay menos divisas para importar y hoy, más que nunca, dependemos de ello por la destrucción de la industria nacional.

Esta semana hemos estado haciendo memoria de algunos regalos que esta mal llamada revolución ha hecho a otros países, y estando en días de carnaval el primer caso que se nos viene a la cabeza es el financiamiento de una escuela de samba en Río de Janeiro.

Este gobierno también ha regalado hospitales, carreteras, universidades, electricidad, entre otras cosas, pero a otras naciones. ¿Y es que acaso en Venezuela tenemos la mejor infraestructura vial de América Latina? ¿Cuántos años se han tardado en construir las nuevas autopistas, y cuál es la calidad del trabajo con el que las culminan, a los golpes, cada vez que viene una elección? ¿Cuántos años llevan los venezolanos esperando la culminación de las nuevas líneas del Metro?

Además nos tenemos que calar las mentiras del gobierno, que hasta ha sido capaz de arrastrar con una grúa un vagón –como hicieron en Guarenas- para hacernos creer que el Metro ya iba a estar listo.

Al gobierno se le han planteado absolutamente todas las opciones necesarias para que nuestro país salga de la crisis. Desde julio del año pasado, nosotros venimos hablando de que esta situación se iba a presentar y dimos nuestras propuestas. Pero ninguna ha sido tomada en cuenta, al contrario, seguimos viendo cómo el gobierno prefiere enemistarse con los empresarios, tan necesarios para poder reactivar la economía y la producción nacional.

El gobierno, con sus acciones, solo nos ha dejado claro que no tiene ninguna voluntad de cambiar ni de rectificar; y yo lo digo nuevamente: o el gobierno cambia, o hay que cambiar de gobierno.

Y esto no lo estoy diciendo ahora, aunque es ahora que pareciera que retumba más en los oídos de la gente. Nosotros venimos planteando un camino desde hace unos años, y lo hemos ido transitando, paso a paso, sin salirnos de él.

Esto es algo que siempre hemos dicho. Nunca hemos planteado tener que esperar. Lo que hemos planteado es que el orden de los factores sí afecta el resultado y eso ha quedado demostrado con una serie de eventos que han venido pasando en los últimos años.

Cuando se va a plantear un camino, es importante hacer todas las valoraciones, para que pueda ser exitoso; no se puede lanzar una propuesta al aire esperando a ver qué va a pasar, hay que hacerlo cuando se ha determinado que puede llegar a ser una solución.

Lo que nosotros siempre hemos planteado es la importancia del camino electoral y constitucional para solucionar los problemas políticos que tenemos en nuestra Venezuela. Por eso era muy importante tener una victoria como la que obtuvimos el 6 de diciembre.

La elección del 6 de diciembre nos dio la legitimidad para poder seguir avanzando. Necesitábamos ganar esa elección de forma contundente para que no pudieran arrebatárnosla. Haber alcanzado eso nos ha permitido estar al servicio del pueblo y en trabajo permanente para resolver los problemas del país.

Esa elección nos pone en una posición que no teníamos antes, tanto a lo interno como a los ojos del mundo, que hoy sabe que hay un pueblo cansado y con la suficiente fuerza para hacer valer sus derechos, y en la Constitución encontramos los mecanismos para poner en acción esa fuerza, porque el tiempo se ha cumplido.

¿Cuáles son las opciones que la Constitución establece?

Tenemos la posibilidad de la renuncia, pero eso es un acto voluntario, no creo que Nicolás Maduro vaya a renunciar. Como dije antes, no se ha visto hasta ahora que quien roba devuelva. Además está claro que lo único que le interesa a ese señor es mantenerse en el cargo.

La Constituyente es otra opción, pero ese mecanismo busca elaborar una nueva Constitución, que debe ser producto del mayor consenso posible. Una nueva Constitución no es para cambiar el gobierno, sino para un proyecto que refleje el mayor acuerdo posible de la población. Además, la Constitución que tenemos goza hoy en día del inmenso respaldo del pueblo.

Con la Enmienda se puede recortar el periodo presidencial y convocar a una elección al culminar ese periodo, pero, en mi opinión, primero debe resolverse el tema de los poderes, porque el TSJ ya ha dado muestras de que será la nueva trinchera donde un gobierno sin pueblo pretende darle carácter legal a sus atropellos y desmanes.

También tenemos el Referendo Revocatorio. La Asamblea Nacional tiene que aprobar la Ley de Participación Ciudadana y Referendos, para que reglamentemos en defensa de la decisión del pueblo venezolano. En su momento, ante la ausencia de una Ley, el CNE hizo lo que le dio la gana, pero en el mes de marzo deben renovarse dos de los rectores del Poder Electoral porque se termina su periodo.  Hablando de eso, la mitad del periodo constitucional de Nicolás Maduro se cumplió, ya el tiempo constitucional llegó.

Todos los caminos son engorrosos y llenos de obstáculos. Estamos enfrentándonos a unas personas que son capaces de usar el poder para cualquier cosa menos para beneficio de los venezolanos. Nos toca a nosotros sincerar qué es y qué no es posible, y juntos podremos establecer el camino correcto. El país necesita una posición común.

Las soluciones, en nuestra Venezuela, nunca han sido producto de la fuerza, el pueblo nunca ha acompañado las cosas que se han hecho a través de la fuerza, solo miren bien los acontecimientos que se produjeron el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992. Los venezolanos tenemos que solucionar las cosas con la Constitución y el camino electoral, derrotando las trampas del gobierno y teniendo la fuerza del cambio que todos queremos, para muestra lo ocurrido el 6 de diciembre.

Miremos a nuestro alrededor, y veamos la realidad, es muy clara la señal del gobierno. Necesitamos activar un mecanismo constitucional que nos dé la fuerza para que podamos lograr el cambio político en nuestra Venezuela.

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