Caracas, 06 de septiembre de 2015.- El país se aproxima a un nuevo evento electoral y desde ya vemos caras de desesperación dentro de un rival que desperdició y despilfarró en apenas dos años, el legado improvisado de su líder.

Venezuela navega hoy sin rumbo seguro, padecemos y sufrimos el resultado de un modelo fracasado en el pasado y en el presente, sin perspectivas de un futuro claro y dirigidos por un gobierno de improvisados que viaja por el mundo hipotecando al país, con el único objetivo de mantenerse en el poder a cualquier precio.

Al mismo tiempo, desconectado de las altas esferas del poder rojo rojito, se mueve y se siente un nuevo aire, un renacer de la esperanza de la mano de una dirigencia que hoy se sienta y escucha a los ciudadanos, al pueblo, no para hacer promesas vacías, sino para atender y padecer junto a la ciudadanía las carencias de cada sector para generar propuestas de soluciones serias y cercanas a la gente.

Los venezolanos estamos cansados de los conflictos, pero también estamos cansados de un gobierno que maneja a su antojo los poderes públicos y no le da respuestas de sus acciones y de sus errores a quienes lo eligieron.

Queremos respuestas y estas van a llegar con la instalación de un poder legislativo verdaderamente autónomo e independiente, integrado por una mayoría democrática que defenderá los intereses de los venezolanos y no de una cúpula roja que se benefició de los altos precios del petróleo para enriquecerse ellos, mientras los venezolanos nos empobrecimos cada día más durante los últimos 16 años.

Debemos estar preparados para una campaña sucia, donde criminalizar a la dirigencia opositora será uno de los ingredientes principales, así como la magnificación de las diferencias que puedan existir en una coalición tan amplia como la que integra la Mesa de la Unidad Democrática.

La MUD ha logrado una alianza fuerte y amplia, cuyo primer gran sacrificio fue abandonar las legítimas banderas partidistas para concentrar en una sola tarjeta el esfuerzo unitario. Esta también fue una respuesta clara a todos los sectores del país que pedían actos de verdadera unidad.

No tengamos miedo, el país ya decidió y el próximo 6D nos daremos una Asamblea Nacional autónoma, democrática y plural, a pesar de las campañas de mentiras y ollas mal montadas, los venezolanos no nos vamos a dejar confundir y haremos  la cola de la dignidad para recuperar el futuro de nuestro país.

Porque la Fuerza del Cambio está en cada uno de los ciudadanos que el 6D exprese con su voto, que es el momento de la nueva Venezuela.