Carlos Maramara: Venezuela: El mundo está de cabeza


Barquisimeto, 25 de agosto de 2015.- Después de escuchar tantas conversaciones y discusiones de la gente, me he venido dando cuenta que lo que era sumamente extraño hoy lo vemos como algo normal, no es el mundo al revés coincidencia encontrar los mismos temas y con la misma frecuencia, y esto ha traído a Venezuela un conformismo que a veces me preocupa, porque al final de dichas conversaciones siempre vienen ciertas frases con el mayor de los pesimismos “Ya nos acostumbramos”, “Es que a la gente le gusta vivir mal”, “eso le pasa por andar por ahí”.

De verdad es preocupante ver los relatos de toda la gente que nos rodea con esa tranquilidad que el venezolano ha heredado en los últimos años, los relatos más comunes son:

Cuando alguien encuentra un artículo de primera necesidad; comienza el bombardeo de preguntas ¿Dónde lo encontraste? ¿Cuánto te costó? ¿Había mucha cola? ¿Hoy le tocaba a tu cédula? Y mi pregunta es ¿En qué momento la Cédula de Identidad comenzó a ser requisito indispensable para poder obtener algo por lo que YO pago?, y la respuesta es sencilla y es que comenzó a serlo en el momento que el gobierno nacional destruyó el aparato productivo y la economía del país, al darle prioridad a la importación y dejar a un lado las grandes, medianas y pequeñas empresas que se encargaban de darle al venezolano lo que necesitaba, cuando lo necesitaba.

Hoy es común entrar a una cola y comprar por lo tanto es completamente anormal encontrar un kilo de leche sin hacer cola y que además esté a precio regulado, el control cambiarlo y de precios a los artículos ha desatado un caos económico al punto que la materia prima es más costosa que el producto final, pero “Ya nos estamos acostumbrando”.

Caminamos por los barrios y sectores populares del país, entonces nos encontramos ese sin número de casas hechas con material de reciclaje, esas casas que se construyen con bases de palo y paredes de cartón con latas de aluminio cercas alambre a medio abrir, porque hace unos años un gobierno irresponsable dijo “tierra que no esté productiva y desocupada es del pueblo” sin importar si tiene un legítimo dueño que hace años la compró, se convirtió el asistencialismo en una forma de vida del venezolano porque resulta que ante la gran necesidad de vivienda ha venido ofreciendo casa a  todo aquel que deposite un voto a su favor, y me siento muy triste al ver a esos venezolanos que hoy desesperados por no tener un techo donde vivir le quitan la tierra a otro Venezolano con la esperanza de que un gobierno mentiroso y oportunista les REGALE UN HOGAR y la oportunidad de vivir mejor pero, “es que a la gente le gusta vivir mal”.

Revisas la prensa local, regional y nacional, llegas a la parte de sucesos entonces lees la lamentable noticia “Han Asesinado a Joven Para Robarle Los Zapatos” te llega ese sentimiento de frustración por no poder hacer nada ante una delincuencia desbordada que hoy hace lo que le da la gana, porque tenemos unos cuerpos de seguridad nadando en corrupción y un sistema judicial que no hace justicia, y muchos al contrario de la circunstancias parecieran justificar el hecho con la frase “Eso le pasa por andar por ahí”, y no he podido entender en que momento violar los derechos de nuestro entorno se ha vuelto normal, si yo recuerdo que mi mamá me contaba que salía de una fiesta en la madrugada y llegaba caminando a la casa, porque hoy que te roben un celular, los zapatos o cualquier bien, es normal solo porque decidiste enviar un mensaje en un lugar público o porque no lo hiciste en la hora que los malandros deciden que tú puedas andar en la calle, Vivimos en un “toque de queda” no oficial en el que un delincuente decide a qué hora salimos, que triste realidad estamos pasando TODOS LOS VENEZOLANOS.

Y todo esto no lo digo solo para contar ese día a día que todos conocemos sino para que todos reflexionemos y nos demos cuenta que el venezolano ha cambiado, obligado por las circunstancias y es que el Venezolano es; Bueno, noble, hermano y sobretodo amigo. Y es trabajo de todos nosotros reconciliar el país y rescatar al pana que todos llevamos dentro, al solidario que pinta el frente del vecino mientras los dos comparten una parrilla, son tantas cosas buenas que destacar que no hay palabras para definirnos, pero para que esto cambie todos debemos trabajar y empujar al país para el mismo lado, con el único fin de crear una Venezuela Para Todos Por Igual.

Por eso la invitación es este 6 de diciembre a escoger un nuevo parlamento una Asamblea Nacional que legisle para darle respuesta a los problemas de los venezolanos, y así darle nuevos aires al momento tan crítico por el que hoy pasamos, no solo en lo político sino también en lo económico y lo social, recuerda que LA FUERZA DEL CAMBIO ERES TU.

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