Caraca, 12 de julio de 2015.- Hoy quisiéramos abrir una reflexión acerca de nuestro comportamiento electoral como sociedad, o de cómo, en muchas ocasiones, las mayorías también se equivocan.

Remontándonos a la época de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, vemos que esto de elegir mal no es nuevo. Basta recordar que, cuando el pueblo tuvo la oportunidad de elegir a Jesucristo, en su lugar optó por el ladrón, el asesino, por  Barrabás. Esto nos obliga abrir varias interrogantes: ¿Estamos obligados a repetir innumerables veces la historia? ¿No aprendemos de nuestros errores? En fin, éstos y  muchos cuestionamientos, más podemos formular frente a este episodio bíblico y a eso invitamos a cada uno de nuestros lectores.

Es muy fácil identificar a Barrabás: los vemos todos los días medrando en la política, las instituciones, la sociedad, en fin, en todos lados. Pero donde esta Barrabas, también está Jesús. Siempre tenemos la opción de elegir. Sucede que Jesús no hace mucho ruido ni publicidad, porque confía en nosotros mientras que el mal sí es ostentoso, gritón y sabe engañar. Es nuestra responsabilidad identificar a Barrabás y buscar a Jesús.  Entender que elegir es una gran responsabilidad que nos hace copartícipes de las acciones y oportunidades que le generamos a quien elegimos. Barrabás y Jesús no siempre están representados en una persona, también se nos presentan como modelos a elegir. Por ello, la reflexión y el estudio son palabras claves a la hora de elegir. En nuestro país, está muy claro quién representa el mal o una mala elección y no pueden ser otros que los que representan un modelo que está condenando a los venezolanos a vivir sin expectativas de progreso y esperanza en el porvenir, donde ni lo más básico y común ya no es garantía. Ningún modelo político, social y económico que actúe como actúa la cúpula mafiosa del gobierno puede representar otra cosa que el mal. No pueden más que representar una pésima elección como Barrabás. Sin  embargo, no sólo cuando hablamos del gobierno se nos presenta el mal o la opción de Barrabás, pues también el mal está infiltrado en nuestras filas que están llamadas a ser una opción frente al mal. El modelo del mal, la opción de Barrabás debemos enfrentarla todos los días dentro y fuera de nuestras filas. A finales de este año tenemos una buena oportunidad de elegir bien y truncar el avance del mal en el país y esto también abrirá la oportunidad para que el próximo año podamos elegir entre nuestras filas a quienes representen al Buen Jesús y no a la encarnación de Barrabas. Esa materialización que hoy cree que estamos condenados a repetir la historia, que en su maldad al igual que sus homólogos del gobierno, cree que el dinero como principal atributo, puede persuadir y confundir a nuestra sociedad. Claro está, su falta de talento y probidad ponen al descubierto sus reales intenciones que no son otras que seguir condenando a nuestra sociedad a vivir de las migajas que caen de su gran botín.

Cerrando esta reflexión, les invito a que la historia nos enseñe, no que nos condene. Barrabás fue elegido para salvarse porque así estaba escrito, porque Jesús debía sufrir y morir para el perdón de nuestros pecados. Ya no necesitamos seguir eligiendo a Barrabás, necesitamos construir una sociedad en los valores de Jesús, donde estén presenten los valores familiares y la probidad. Donde la ayuda al prójimo sea generar una oportunidad y no un asistencialismo clientelar humillante que no nos haga crecer como ciudadanos, sino que nos condena a depender de un caudillo cuyo único fin es poder cubrir sus taras y miserias con la fuerza y grandeza que, para ellos, representa el poder. Y aunque ellos lo vean así como una ventaja frente al resto, pues lo que no les da sus pocos talentos lo quieren adquirir con dinero y peculado.

¡Barrabás, ya estamos claros y sabemos dónde estás y qué quieres!