Richard Casanova: El asalto del siglo


Barcelona, 10 de julio de 2015.- Esta “revolución” llegó al poder denunciando la corrupción y llamando “traidores a la Patria” a quienes habían hipotecado al país, en alusión al endeudamiento que rondaba los 30.000 millones de Dólares. Ahora que esa cifra está cercana a los 250.000 millones ¿Quiénes son los vendepatria? Esta deuda colosal, la invasión cubana y la entrega de nuestra soberanía al imperio chino es una verdadera tragedia que pagará el pueblo durante varias generaciones. Dolorosamente, la orgía continúa: en enero Maduro viajó a China a pedir dinero y se lo negaron, algo daría después para que ahora le concedan un préstamo por la bicoca de 5.000 millones de Dólares.  Además, en lo que va de año las Reservas Internacionales han caído en 6.200 millones, o sea que la burocracia del PSUV se ha raspado mas de mil millones de Dólares mensuales. A eso sumamos que vendieron 4 toneladas de oro de la reserva monetaria para “aprovechar el alza del metal y sacar ganancias”, según dijo el presidente del BCV.  Hicieron una alharaca para repatriar el oro que estaba colocado en el exterior y ahora lo sacan del país en silencio, seguramente como garantía de nuevos préstamos.  Por si fuera poco, la prensa reseña que Venezuela retira 1500 millones de Dólares del FMI y según los “camaradas” del portal Aporrea, es la segunda vez este año que le dan un tablazo a los ahorros de la Nación.   En fin, pare usted de contar…

Literalmente están saqueando al país con absoluta impunidad. Es algo aterrador, los venezolanos tenemos la misma mirada de quien es víctima de un atraco a mano armada y nada puede hacer mientras lo despojan de sus pertenencias. Ya sabemos que significa una “revolución armada”. En efecto, estamos ante unos asaltantes de alta peligrosidad, sin escrúpulos, ni compasión.  Incluso, la víctima siente que está en riesgo su vida pues el hamponato gubernamental está cargado de odio y resentimiento, evoca permanente la guerra e instiga la violencia.  Corolario de esta triste historia es que –mientras los vándalos saquean el erario público y venden a nuestra patria- el país se cae a pedazos y el pueblo padece una escasez, inflación e inseguridad pavorosa, sin mencionar la falta de viviendas, la crisis hospitalaria y en general, el colapso de los servicios públicos en Venezuela.

No es casual que el rechazo al gobierno supere el 70% en las encuestas más benevolentes, pero tampoco es poca cosa que un 20% sienta simpatías por este militarismo inepto y corrupto. Quizás el “Síndrome de Estocolmo” pueda explicar esta conducta y simplemente se sienten cautivados por sus secuestradores.  En todo caso, resulta insólito que una parte del país –cada vez mas reducida pero aun importante- no ha despertado y ni se haya dado cuenta que lo están atracando, le han ultrajado a su familia, se están enriqueciendo a sus costillas y le escupen la cara todos los días con la perorata de la “guerra económica”, culpando al imperio, al capitalismo, a la oligarquía o con otras sandeces que insultan su inteligencia.  ¿Que hacer?  Despertar conciencias, unir y movilizar al país es el desafío de la unidad democrática en las parlamentarias y cada uno de nosotros tiene mucho que aportar!

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