Andrés Villavicencio: Cifras rojas, fracaso socialista


Coro, 06 de marzo de 2015.- Por encima de todos los discursos vacíos y las frases populistas, hay algo mucho más frío y real: los números. No mienten ni ilusionan, más bien dejan en evidencia el fracaso o el éxito de cualquier meta o cualquier proyecto en ejecución. Rápido se convierten en los peores enemigos de los gobiernos pésimos y de los gobernantes mediocres.

Estas son algunas de las muchas cifras que desenmascaran 16 años de fracaso socialista en Venezuela:

1.- HOMICIDIOS. - 221.446 entre 1999 y 2014.

Las últimas cifras oficiales que se conocieron fueron las pertenecientes al año 2011. Una comparecencia ante la Asamblea Nacional del entonces Ministro de Interior y Justicia Tarek El Aissami sumada con la publicación del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalística (CICPC) -en el 2012- de las cifras del año anterior, ambas datas emitidas por las mencionadas fuentes; arrojan que el estado venezolano admite la cifra de 150.011 homicidios en el período 1999-2011, siendo 2011 el año más violento con 17.600. A partir del 2012 hasta la presente fecha ni el mencionado Ministerio ni el CICPC han publicado más cifras. Sin embargo, la ONG "Observatorio Venezolano de la Violencia", le ha hecho un riguroso seguimiento al tema y maneja las cantidades de 21.692, 24.763 y 24.980 homicidios en los años 2012, 2013 y 2014 respectivamente. Convirtiéndose el 2014 con 24.980 en el año más violento de la historia de Venezuela. Al sumarlos todos, tenemos como resultado la dantesca cifra de 221.446 homicidios.

Consecuencias: Venezuela con 82 homicidios por cada 100.000 habitantes, es el país más inseguro del mundo y Caracas convertida en la capital más violenta del planeta. El 91% de los homicidios gozan de impunidad y más del 80% de víctimas y victimarios son menores de 35 años.

2.- INFLACIÓN. - Más de 1700% entre 1999 y 2014.

El porcentaje inflacionario se calcula de manera interanual, a partir de 0% al inicio de cada año. En estos 16 años de gobierno rojo, de acuerdo al Banco Central de Venezuela, el año con menor inflación ha sido el 2001 con 12,3% y el de mayor inflación el pasado 2014 con 68%. Pero si calculamos la inflación de manera sostenida, acumulada y real desde 1999 hasta la presente fecha, la cifra rebasa el 1700%, destrucción económica en proporciones nunca antes vistas en nuestra historia. El fracaso económico se hace más vergonzoso y evidente al realizar comparación con gobiernos de nuestra región.

En el año 2014, fuimos el país con peor desempeño económico de Suramérica. Mientras en Venezuela la inflación llegó a la cifra de 68%. Los demás países de la región mantuvieron sus inflaciones en un solo dígito, de acuerdo al Banco Mundial:

Uruguay - 8,26%.

Chile - 4,8%.

Brasil - 6,41%.

Colombia - 3,66%.

Perú - 3,22%.

Ecuador - 3,67%.

Bolivia - 5,19%

... sólo Argentina superó los dos dígitos, y sin embargo su inflación (23,9%) no llegó ni a la mitad de la nuestra.

El panorama empeora, si a esto le sumamos el estancamiento económico por el decrecimiento de nuestro PIB en todos los trimestres del 2014 de acuerdo a mediciones extraoficiales, puesto que el BCV no publica cifras oficiales en esta materia desde el último trimestre de 2013.

Consecuencias: Venezuela convertido en el país con la inflación más alta del mundo. Nuestra moneda más depreciada que nunca, el Bolívar Fuerte de hoy vale apenas 11 céntimos de lo que valía el Bolívar Fuerte de Enero de 2008, es decir nueve veces menos es su valor actual en comparación con el que tuvo a la fecha de su entrada en vigencia. La canasta básica familiar, según el Cendas, se ubica en 30.176,82 bolívares; casi seis veces superior al salario mínimo (5.622,48 Bs). La inflación siempre pega con más fuerza a quien menos tiene, destruyendo su poder adquisitivo y dificultando su vida diaria. Gran ironía este desastre para un gobierno que presume de ser obrerista.

3.- ESCASEZ. - En todos los ámbitos y en todos los rubros.

Desde el año 2013 venimos padeciendo una escasez que, lejos de mejorar con el paso del tiempo, se agudiza mes tras mes. Al principio fue sólo en productos de la canasta básica alimentaria, pero desde el segundo semestre del mencionado año, pasando por todo el 2014, hasta el presente mes de Marzo de 2015 la escasez alcanzó cada sector de la vida cotidiana de los venezolanos. Rubros como autorepuestos, cabillas, cemento, electrodomésticos, alimentos e incluso medicinas; por lo que vale decir que en Venezuela ya no sólo la delincuencia está matando gente, también la crisis lo hace. En 31% se ubicó el promedio porcentual de la escasez de productos de la canasta básica alimentaria en 2014. Así como 52% en medicinas, de acuerdo a mediciones del gremio médico venezolano, también en 2014, alcanzando un pico histórico de 70% en Enero de 2015. Aspecto que llama poderosamente la atención, puesto que el dólar a 6,30 se mantuvo precisamente para destinarlo a medicinas y alimentos, y son estos dos rubros inexplicablemente los que más escasos están en el país y los que mayor tasa inflacionaria registran. La capacidad de producir nuestros propios alimentos se ha venido perdiendo de forma acelerada desde que comenzaron las expropiaciones y llegaron a 5 millones de hectáreas confiscadas, de las cuales 4 millones 500 mil hoy están improductivas. La expropiación de Sidetur, empresa que producía el 75% de las cabillas que abastecían el mercado nacional, hoy se encuentra en sus niveles mínimos de producción histórica. Otro caso emblemático, fue la expropiación de las cementeras, y en especial la de CEMEX. El gobierno controla la producción, distribución y venta del cemento en más de un 80%, y el rubro no sólo está escaso sino además regulado. La responsabilidad del gobierno en la tragedia que vivimos es irrefutable.

Consecuencias: Establecimiento de restricciones con racionamiento de 2x1 en una infinidad de artículos en redes públicas y privadas de mercados y automercados. Mismo caso en farmacias y cementeras. Al mismo tiempo colas de entre 5 y 15 horas a las puertas de los establecimientos para poder adquirir los productos demandados por la gente, en algunos de ellos incluso se ha llegado a marcar los brazos de los venezolanos como ganado. Además, presencia de efectivos policiales y militares en las colas, verificando que los racionamientos sean establecidos en cada comercio.

Este gobierno es cada día más impopular porque cada día se hace matemáticamente más indefendible y su fracaso es innegable. Por eso sólo le queda apelar al miedo, a la represión, a los llamados a devociones irracionales y a la desmoralización colectiva. El reto de los venezolanos será demostrar con fuerza que tenemos prohibido ceder ante la resignación y que, como sociedad, estamos decididos a conquistar un cambio de modelo político y económico que pueda traducirse en libertades económicas, en seguridad y en mayor calidad de vida. Este 2015, las elecciones parlamentarias, son un gran escenario para demostrar nuestra decisión histórica de respaldar un cambio.

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