Caracas, 19 de enero de 2015.- Comenzó el 2015 con una Venezuela repleta de problemas, ahogada en la crisis económica más grande de nuestra historia y con un gobierno cuya legitimidad cada día está más oxidada, sobre todo producto de la última acción de legitimar a su manera la elección de los poderes públicos de la nación.

Ante esta situación tenemos como ciudadanos la necesidad y la obligación de activarnos democráticamente para conquistar el cambio que necesita nuestra Venezuela. Sin duda este será un año para organizarnos para la protesta pacífica por los problemas que nos afectan a todos; tiene que haber una participación activa de nuestro pueblo en las calles reclamando por cambios en la política económica, protestando en contra de la escasez, de la inseguridad, de la corrupción; en fin, alzando nuestra voz en contra de la elite gobiernera. Pero también es un año para materializar ese descontento y ese deseo de cambio en las urnas electorales.

Poco tiempo

Tenemos en pocos meses la elección de la Asamblea Nacional, debemos todos con mucha disciplina organizarnos para ganar esa elección y obtener la mayoría de 110 diputados en la Asamblea que nos permitan iniciar los procesos de cambio y de despolitizar los poderes públicos para garantizar una Venezuela distinta a la que hoy en día padecemos.

No votar nunca podrá ser una opción y menos en esta situación que hoy en día vivimos; los civiles solo tenemos el voto y la protesta pacífica para lograr cambios en paz y en democracia; las armas y la violencia son de aquellos que oprimen, no de los que soñamos y luchamos por la libertad. Quienes desde los radicalismos imaginan una salida militar de este gobierno están no solo fantaseando en su idilio "gorilesco", sino que además desprecian profundamente el poder de nosotros los civiles que al final somos los garantes de la democracia y de la libertad. 2015 entonces es año de voto y democracia, de unión y cambio.