Caracas, 16 de enero de 2015.- Ya han pasado 15 años desde que la llamada revolución bolivariana, que no ha tenido nada de revolucionaria, llegó al poder. Primero encabezada por el fallecido Hugo Chávez y ahora encaminada al abismo por los enchufados de turno.

Durante 15 años, los caraqueños podíamos decir que vivíamos en un espejismo, donde a pesar de las carencias y problemas que se “escuchaban” en la nación, la capital siempre estaba libre de la problemática. En la primera crisis eléctrica por los bajos niveles de lluvia, Caracas fue la única ciudad que no recibió los embates de los apagones y recortes eléctricos. Sabía muy bien Hugo Chávez que esa situación sería grave para sus aspiraciones electorales futuras.

Este no es el primer año que comienzan los anaqueles vacíos en nuestra golpeada Venezuela, pero si el primero en 15 años  en que la capital, la joya de la corona, se viste de colas y escasez. No hay comercio en Caracas donde lleguen productos de primera necesidad y la gente, la ciudadanía, el pueblo no tenga que hacer colas de dos o tres horas para adquirir los productos a precios regulados y en cantidades limitadas.

El Gobierno central se ha cansado de culpar a otros por su incapacidad e inoperancia. Pero hoy la capital del País que durante 14 años fue protegida de la desidia y la incapacidad, ha sido vencida. Las estructuras de la Misión Vivienda o los empalmes levantados a toda prisa, así como la refacción y recuperación de antiguos edificios y teatros no son suficientes para ocultar la realidad.

Y es que el modelo socialista empujó al país a la catástrofe económica y ahora los venezolanos tendremos que pagar el precio por la incapacidad de una clase dirigente que sólo ha pensado en perpetuarse en el poder a cualquier costo y no ha permitido que el país crezca y se desarrolle libremente.

El país requiere del trabajo de todos para alcanzar un cambio y una transformación a fondo que nos permita salir de este abismo y nos encamine por el camino del cambio y del progreso. Desde la instancia Metropolitana estamos convencidos que podemos lograrlo con planificación y voluntad.