Caracas, 08 de diciembre de 2014.- La difícil situación nacional se puede resumir en 8 premisas: 1) El precio del dólar paralelo en casi Bs. 200 que ha arruinado (aunque no lo sepan) a la inmensa mayoría de los venezolanos. 2) El precio del barril de petróleo que muy pronto estará por debajo de $60, lo que representa la ruina del país, ya que nuestra economía depende en un 95% del ingreso petrolero. 3) Una escasez que azota a la población a horas de colas para a duras penas encontrar los productos básicos. 4)  Una inflación de casi 80% la más alta del continente y la 2da más alta del mundo. Empujada por la escasez y el precio del dólar. 5) Un gobierno que controla todos los poderes públicos y los medios de comunicación, y así disfraza la terrible crisis que azota al país. 6) El gobierno ha demostrado que su prioridad no es el progreso y bienestar del país, sino mantenerse en el poder. 7) Los excesos, abusos y voraz corrupción ya son inocultables. El gobierno despilfarró y se robó la mayor bonanza económica en la historia del país y lo que ha dejado es miseria a la población. 8) La gigantesca ola de violencia que ha manchado de sangre estos últimos años ‎ha convertido a Venezuela en país récord en cuanto a homicidios, robos y secuestros. La verdad es que el Gobierno Nacional ha armado grupos paramilitares, y promovido estas prácticas, no sólo con su retórica divisionista y de odio, sino con la impunidad, que ha hecho que los delincuentes y criminales sepan que pueden hacer lo que quieran y no serán castigados.

‎Una sociedad con una base sólida en valores y principios, no se deja tentar por las migajas que les concede el régimen y no tendría mayor problema en identificar que el Gobierno Nacional se ha convertido en el principal obstáculo para el progreso del país. ‎En consecuencia, si el país quiere salir adelante, debe salir del régimen actual, ya no por un tema de diferencias ideológicas o políticas, sino por supervivencia misma de toda una nación.

El tema ahora se torna en el cómo, ya que el régimen, por su propia naturaleza absolutista no otorga vías institucionales ‎a las cuales acudir. Por otro lado, debemos puntualizar que no creemos en las vías armadas, no sólo porque no tenemos las armas, sino porque estamos conscientes de que a la larga ocasionaría un daño peor al país y porque causaría un baño de sangre con consecuencias imposibles de predecir. Por estas razones la vía que queda es apelar a la gente, a nuestro pueblo; para forzar al régimen a salir. Y eso se traduce en ganar elecciones, no por márgenes pírricos y poco convencidos; se trata de construir una mayoría abrumadora absolutamente convencida de que hay que cambiar de gobierno para que el país salga adelante.

‎Esta labor exige el trabajo consciente de todos. No se trata de que la ciudadanía de a pie le deje esta labor a los partidos y dirigentes políticos, cada vez más perseguidos y acorralados por la intolerancia del régimen; se trata de que cada ciudadano entienda de que el futuro de sus hijos, de sus padres, de sus hermanos y amigos depende de este trabajo de todos.

Ese trabajo no es otra cosa que hacer todo cuanto esté a nuestro alcance por convencer ‎a quienes están a nuestro alrededor de que para que el país salga adelante debemos salir de este régimen. Sólo ese trabajo constante de toda una población puede hacer realidad las contundentes victorias electorales ‎que necesitamos para sacar al régimen.

La primera de esas citas está a la vuelta de la esquina: las elecciones de la AN 2015. ‎Ganar la AN el próximo año es el primer gran objetivo estratégico en esta lucha por la supervivencia de la nación. Lograrlo es tarea de todos.