Caracas, 21 de octubre de 2014.- Nuestra calidad de vida se ha deteriorado de manera acelerada, adquirir cualquier producto se ha convertido en una proeza, en algo extraordinario. Pero vamos a detenernos y reflexionar un poco como llegamos a este punto como este régimen en su ocaso nos está llevando a añorar y desear regresar a lo ordinario y simple del vivir.

Lo ordinario en nuestras vidas debe ser seguridad con un sistema judicial autónomo y que imparta Justicia sin ser una extensión de un partido político un sistema público de salud gratuita y calidad, con centros hospitalarios atendidos con Médicos Venezolanos devengando de los mejores sueldos a nivel mundial.

Nuestros maestros y profesores impartiendo una educación apolítica y que no sea simplemente un entramado ideológico a nuestros muchachos. Tener de nuevo una empresa Petrolera eficiente, exportar tecnología de avanzada y no importadores de combustible o arma política continental.

Empresas prósperas produciendo nuestros productos "Made in Venezuela" exportando, generando empleos de calidad sustentables en el tiempo. Lo ordinario debe ser la calidad, el vivir en paz sin  que un amigo, un familiar este en los encabezados de sucesos y el suceso sea el crecimiento económico.

Tenemos como Venezolanos el deber con nosotros y nuestros hijos hacer de Venezuela el país de oportunidades que por mucho tiempo fue lo cotidiano debe ser de nuevo el poder escoger entre distintas marcas lo que necesitemos sin colas

Sin salidas mágicas ya que está demostrado que no van a ningún lado debemos acompañar a nuestros dirigentes a alcanzar la mayoría en la  Asamblea Nacional para así poder recuperar lo cotidiano y dejar atrás esta vida que nos ha querido imponer el régimen, una vida de atraso sin prosperidad y caos.

Soñemos en una  Asamblea Nacional que refleje lo que deseamos con leyes que cuiden al desvalido frene el despilfarro del Régimen detenga la regaladera y se invierta en Venezuela lo que sale de nuestra tierra. Una Asamblea Nacional con leyes modernas que den espacio a legislar sin apagar los micrófonos a quien tenga una opinión distinta, que no se debata a golpes por no tener argumentos con palabras. Una nueva Asamblea Nacional permitirá que la Justicia sea Primero, con unidad y cambio para todos por igual.