Julio Borges: ¡Comida hecha en Venezuela!


Caracas, 14 de octubre de 2014.- El gobierno durante todo el año ha intentado esconder las cifras oficiales del INE y del Banco Central, pero la realidad es que no se pueden esconder los anaqueles vacíos, ni las inmensas colas que pasan los venezolanos para conseguir los productos básicos, y sobre todo la pelazón reinante donde el dinero no alcanza para nada.

Entre los últimos anuncios está el exabrupto de intervenir la Corporación Venezolana de Alimentos creada por ellos mismos. Expropian tierras y empresas que terminan en una situación deplorable y generan una escasez brutal de productos. Se han confiscado cerca de 2.500 fundos en 23 estados, con una superficie total de unas 4 millones de hectáreas, lo cual equivale al tamaño de los estados Lara, Portuguesa y la mitad de Carabobo, pero se estima que menos del 2% de estas tierras están productivas.

El gobierno controla el 51% de la capacidad de almacenamiento de cereales que se producen en el país; tiene el monopolio para fabricar agroquímicos, controla la comercialización de fertilizantes y de maquinaria agrícola; también se reserva la importación de rubros básicos como maíz, leche en polvo y café. Existen 16 centrales azucareros, 10 son estatales y representan el 38% de la capacidad instalada; tienen 18 plantas de harina de maíz que corresponden al 42% de la capacidad de producción; tienen el 80% de la capacidad de producción de café; 26% de la capacidad de producción de aceites y grasas; y a través del Sistema Integral de Control Agroalimentario (SICA), el Gobierno conoce los inventarios, el despacho y la recepción de productos alimenticios en todo el país. ¿Entonces cómo pueden tener la cara tan dura de hablar de una supuesta "guerra económica" si controlan casi toda la producción y distribución de alimentos? Los ejemplos sobran.

Sobran ejemplos del desastre que ha significado el manejo de las empresas expropiadas. Tal es el caso de Avícola del Alba que ni siquiera llega al 20% de las metas de producción. En el caso de la Corporación Venezolana de Alimentos, que maneja proyectos agrícolas y pecuarios, reportó problemas por la escasez de insumos, retrasos en la asignación de recursos y déficit de maquinaria y equipo, que perjudicó el plan de siembra y no llegó ni al 50% de la meta de abastecimiento de vegetales, hortalizas y víveres. ¡Necesitamos comida hecha en Venezuela!

Opinión / Julio Borges

Fuente: El Universal

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