Caracas, 22 de septiembre de 2014.- Mucho se ha hablado en los últimos días por intermedio de un sector político del país de la necesidad de convocar a nuestro pueblo para un proceso constituyente. Sobre este asunto me gustaría hoy dar algunas ideas que me llevan a pensar que no es realmente la alternativa más correcta para encaminar a nuestra Venezuela hacia una salida de la crisis.

En primer lugar, considero inapropiado convocar a un debate para cambiar la Constitución cuando debemos ser sinceros en reconocer que los problemas que nos han llevado a esta profunda crisis no tienen su origen en la Carta Magna, muy por el contrario han sido consecuencia de la reiterada violación por parte de quienes hoy gobiernan de su contenido lo que nos tiene en la situación que vivimos.

En segundo lugar, el modelo establecido en nuestra Constitución vigente y que llamamos al pueblo a defender en 2007 en el proceso de reforma constitucional, es el modelo que garantiza que nuestro país pueda progresar, recordemos que la Constitución establece que somos un país federal y descentralizado, no es culpa de la Constitución que quienes hoy en día gobiernan pretendan imponer un modelo socialista que no aparece consagrado ni en el texto ni en el espíritu del constituyente del año 99.

En tercer lugar, el debate que le planteamos al país no puede ser si vamos o no a un proceso constituyente, el debate debe estar centrado en los verdaderos problemas que vivimos los venezolanos y cuáles han sido las causas de ellos y sus responsables, para poder generar el descontento popular y la movilización del mismo para exigir un cambio de manera pacífica y organizada.

Pareciese que quienes plantean una Constituyente buscan el camino más fácil, más expedito, y según ellos más corto; el problema es que la brevedad de un proceso no garantiza su permanencia en el tiempo, y nuestro pueblo amerita un cambio que pueda ser sostenible y que garantice gobernabilidad a futuro. Yo me opongo a la Constituyente no por razones políticas, ni porque un grupo tal o otro grupo cual la haya propuesto, me opongo porque en ella no veo ningún camino para resolver la crisis, desmontar el aparato gubernamental que tiene 15 años gobernando, a menos que sea por una aventura militar con la que no estoy ni estaré nunca de acuerdo no es cuestión de semanas, es un proceso que pasa por acumular fuerzas para vencer democráticamente‎ en los espacios que se irán presentando, y sin duda el próximo más importante es la Asamblea Nacional. Invito a que no perdamos esfuerzo en atajos y nos centremos en Unidad a conquistar la Asamblea Nacional, espacio que nos permitirá defender una Constitución que nos une a todos y que fue reafirmada por la mayoría del país en 2007; no desconozcamos al pueblo y mucho menos tomemos a nuestra Carta Magna como chivo expiatorio.