Julio Borges: ¿Castigar al pueblo o hacer crecer la economía?


Caracas, 10 de agosto de 2014.- Las recientes declaraciones de Rafael Ramírez parecieran indicar que él cree dirigir los destinos de Venezuela con medidas económicas que aprietan el cinturón de los venezolanos pero no aprietan el cinturón del Gobierno.

Por una parte Ramírez informó en Maracaibo el pasado martes que el aumento de la gasolina va contra viento y marea, sin referendo consultivo, y por otra Ramírez y su equipo manejan a puerta cerrada la “unificación cambiaria” a corto plazo, un eufemismo para la tremenda megadevaluación que se nos viene encima.

Cabe resaltar que la información que manejamos es que dos de cada tres venezolanos está en DESACUERDO con el aumento de la gasolina. De allí que sea tan importante debatir extensamente el tema y exigir al Gobierno que cumpla con una serie de medidas de austeridad previas antes de seguir castigando a los venezolanos.

Economistas especializados muy serios nos alertan que la inflación anualizada en Venezuela, que hoy en día ronda 65%, se dispararía a 100% con el incremento del precio de la gasolina, sin contar la nueva devaluación de la moneda. Irresponsablemente, Ramírez y su combo le abren las puertas a la tormenta de la hiperinflación en Venezuela, un flagelo de terribles consecuencias, sobre todo para los más pobres.

Sin un plan de disciplina fiscal y medidas concretas para abatir la corrupción, detener los regalos al exterior o vigilar cómo se ejecutan la obras y se gasta bien el dinero, este gobierno seguirá hipotecando el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos, antes de que nazcan.

De allí que nos alarme tanto la noticia de que Ramírez habría ordenado la venta del sistema Citgo en Estados Unidos. Vender Citgo, mientras se sigue regalando el petróleo de los venezolanos a otros países, es traición a la patria, ni más ni menos.

La Torre de Villegas

En 2007 el enorme edificio fue invadido por alrededor de dos mil familias de las cuales quedan alrededor de 1.300, según el último censo hecho por los mismos habitantes. Ernesto Villegas ha sido encargado de desalojar a la gente que ocupa la llamada Torre de David. Hay rumores de todo tipo en relación al destino de la Torre luego de culminados los desalojos, y ninguno pasa por la demolición de la estructura actual, pero no quiero referirme hoy a ese tema, sino al drama que enfrentan los residentes actuales de la estructura. A pesar de las miles de soluciones habitacionales que hay en Caracas, a este grupo de venezolanos los ubican en Ciudad Zamora en Cúa, a horas de distancia de sus centros de trabajo y sin soluciones efectivas para las escuelas de sus hijos. Sin una solución integral para estas familias, no me cabe la menor duda de que la mayor parte de los hoy reubicados terminará regresando a Caracas, continuando con el círculo vicioso del hacinamiento y la miseria.

Ideas y/o sugerencias para la Asamblea Nacional

Recibí esta semana diversos testimonios de situaciones irregulares con los pensionados. Uno de ellos el de la señora Evelin, que nos escribe para comentar que a un grupo grande de pensionados del Ivss los dieron de baja en octubre de 2013, como si hubiesen fallecido. Luego de seis largos meses de lucha, mucho papeleo y reclamo, finalmente los restituyen en el sistema, pero para cobrar a partir de mayo de 2014. Su pregunta es pertinente: ¿qué pasa con los meses perdidos?

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