Jorge Millán: Venezuela, una balsa de piedra que se hunde


Caracas, 08 de agosto de 2014.- José Saramago en su novela "La balsa de piedra" plantea el desprendimiento imaginario de la península ibérica del continente Europeo. Así el escritor expresa los sentimientos encontrados de España y Portugal con respecto a la Unión Europea y la búsqueda de identidad de sus ciudadanos. Este rompimiento ocurre a propósito de distintos eventos seudo-mágicos que  convierten a la península en un gran territorio a la deriva, que luego surca los mares rumbo a América del Sur.

Lo propio y como si fuéramos parte de una novela de este gran escritor, nos ha ocurrido a los venezolanos que producto del afán de Chávez y su camarilla por conducirnos hacia el mar de la felicidad ha convertido a Venezuela en una balsa de piedra, la cual desprendida del continente americano intenta llegar a Cuba.

De esta forma la ficción se hizo realidad convirtiendo a Venezuela en un país a la deriva próximo a hundirse en esta tormentosa travesía. Para los venezolanos es doloroso ver como este viaje nos ha llevado a la escasez, a las colas, a la ausencia de libertades y a la violación de derechos humanos, situaciones que caracterizan a la isla de Cuba.

En este sentido, al tomar dirección hacia el territorio de los Castros hemos desaprovechado la oportunidad de brindarle prosperidad al país como  ha sucedido con Colombia, Perú, Chile, Brasil entre otros países del sur de América que han logrado progresar. Hoy estas naciones no sufren la crisis económica que vivimos caracterizada por alta inflación y baja producción nacional que mantienen al país en la miseria.

Saber que en Chile el salario mínimo se ajustó a US$ 406 mensuales, es decir,  Bs.30.450*, casi 7 salarios mínimos venezolanos, que en Colombia y Panamá es de US$300 y US$487 respectivamente, lo que significa Bs.22.500* o Bs.36.525* de salario base nos permite tener idea de la distancia que nos separa de nuestros vecinos,que al compararlo con los US$56 (Bs.4.200) de remuneración mínima que recibimos refleja lo cerca que hemos llegado a la paupérrima situación de los cubanos que reciben tan solo US$10 mensuales de estipendio base, cosa inaudita si consideramos el millón de millones de dólares que han entrado al país en los 15 años de tránsito hacia la anhelada Cuba.

Lo cierto es que, Venezuela convertida en  balsa de piedra se hunde en su travesía hacia Cuba, por esto los viajeros esperan un timonel que cambie de rumbo y la salve del inminente naufragio. Los elementos seudo-mágicos que dan pie a que los venezolanos aceptarán transitar esos mares empiezan a desaparecer, pero como todo embrujo requiere de su exorcisación. El asunto está en cómo lograr que los que aún escuchan  cantos de sirena del mar de la felicidad y la revolución bolivariana terminen de hacer oídos sordos y se evite choquemos contra los peñasco hacia donde nos dirigen, y podamos volver al norte de Suramérica para buscar un destino propio en democracia, libertad y progreso.

La gente de los sectores populares se sienten engañados con un viaje que les prometía mejorar su condición de vida y que en realidad ha conducido a la mayor crisis económica y social de la historia del país, paradójicamente en un periodo de vacas gordas, donde los únicos beneficiados han sido los enchufados en desmedro de la esperanza de un pueblo que aspiraba progresar y que una vez más, como lo comentan en el testimonial de esta semana, se ven frustradas por la ambición de unos pocos que después de vivir en las zonas más humildes del país hoy figuran como grandes multimillonarios boliburgueses amparados por un sistema judicial que solo sabe administrar injusticias.

Después del túnel viene la luz, ya veremos!!!

*calculado a dólar libre

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