Caracas, 06 de agosto de 2014.- La crisis económica en Venezuela es inocultable. La sentimos en la falta de alimentos, medicinas, repuestos para vehículos, en el aumento exagerado de los precios, en el visible e injustificado deterioro de nuestro sistema de salud, de las empresas básicas y hasta de los servicios más fundamentales, como la luz y el agua. Un panorama aterrador. Una realidad que tiene al país pasando hambre y trabajo, y que pone en tela de juicio el modelo económico implementado por la llamada “Revolución”.

¿De qué estamos hablando?

Estamos hablando de una inflación que estaba calculada en 28% para el 2014, pero que ya supera los 65 puntos. De un índice de desocupación laboral que mantiene a más de 6 millones de venezolanos sin empleo formal; de un desabastecimiento de medicamentos por el orden del 40 %, y de alimentos superior al 25 %.

Estamos hablando de una debacle económica indetenible que solo está afectando al venezolano de a pie; a esa persona que gana mensualmente 4.251,78 bolívares, y que gasta más de 20 mil al mes en productos de la cesta básica. Claro está, si los consigue.

Estamos hablando de una situación que no se resolverá aumentando el precio de la gasolina, ni con una unificación cambiaria, y tampoco con la imposición de nuevos impuestos para los venezolanos. Va más allá de medidas fiscales, Presidente Maduro. Se trata de rectificar, de invertir en la fuerza productiva del país, y de trabajar en equipo empresa privada y gobierno, para estabilizarnos económicamente.

Según el último estudio de Consultores 21, 67% de los venezolanos cree que la situación del país es negativa, y 56 % quelas medidas económicas que impulsa el Ejecutivo agravarán aún más la crisis. Desde el propio gobierno lo advierten. Recientemente escuchamos a Alí Rodríguez Araque, Secretario General de la Unasur, decir que la crisis económica es la principal preocupación del 80 % de los ciudadanos. Y frente a esto nos preguntamos ¿qué está haciendo el gobierno?

Mientras los venezolanos hacemos colas eternas e injustificadas para comprar café, leche, harina; o simplemente mandamos a traer hojillas de afeitar y desodorante del exterior porque en nuestro país no conseguimos, Nicolás Maduro y sus Ministros promueven un debate para ajustar el precio de la gasolina. ¿Y es que acaso aumentando la gasolina superaremos esta crisis?

Nos vendemos al mundo como una nación petrolera, pero no vemos las riquezas de nuestro oro negro, porque las regalamos. Sí. Las regalamos. Tenemos las reservas más grandes del mundo, pero el gobierno ha preferido usar nuestra principal industria, PDVSA, para enriquecerse, y no para enriquecernos como país. Y no contentos con eso, también la han destruido; como han destruido el aparato productivo de la nación. ¿Y quieren hacernos creer que aumentando el precio de la gasolina vamos a recuperarnos de la debacle?

Para salir adelante tenemos que generar confianza como Estado para que haya inversión extranjera. Debemos estimular la producción nacional, en lugar de ponerles trabas a nuestros empresarios hasta llevarlos a la quiebra. Hacer esfuerzos sinceros para crecer hacia arriba, y no hacia los lados. Tener la voluntad para salir adelante, sin importar color político, credo o raza. Tomar decisiones que beneficien, y no que castiguen a los venezolanos.