Caracas, 31 de julio de 2014.- En un régimen indolente como el que actualmente rige tristemente nuestros destinos, padecer o tener un familiar con cáncer es un trauma más allá de la enfermedad como tal.

Su diagnóstico está limitado a muchos factores: los costos de las consultas, lo complicado e ineficiente del sistema de salud pública; en el caso de tener una póliza de seguros limitarse a la clínica autorizada o al contrarreembolso.

Pero allí comienza el vía crucis. Cuántos de nosotros podemos disponer de dinero para cancelar y luego esperar el contrareembolso? Cuánto es el límite de cobertura?

Exámenes costosos con material médico casi inexistente, reactivos, contrastes que no hay y en los pocos lugares donde se practican estos estudios las citas llenas por semanas.

Superado el diagnóstico ahora la cosa mejora: ir al IVSS a solicitar los medicamentos (ojo "retirar" no es un regalo, los asegurados y pensionados aportaron dinero para que esas medicinas no faltaran).

Cada sesión de quimioterapia es un drama entre copias, esperas, falta de medicamentos, cuando no se encuentran los medicamentos escribir por Twitter, Facebook, amigos, buscar donde sea y ahora hasta está prohibido el envío de medicamentos por correo.

Entonces hay que atravesar medio país para buscar el preciado medicamento o ir a Cúcuta y comprarlo al cambio libre.

Otro punto superado tienes los medicamentos para la quimioterapia pero el resto de los medicamentos y complejos vitamínicos que lamentablemente son importados, tampoco hay... 

Toda esta odisea viven miles de familias venezolanas.

Entristece estar en el IVSS, en la farmacia de altos costos y escuchar como la gente lamenta el no encontrar el medicamento, las historias personales, el sacrificio de mantener viva la esperanza de recuperación se hace cuesta arriba, a veces hay que posponer las sesiones de quimio, hacer las sesiones con la medicación incompleta.

Pero lo más irónico es que el ex Presidente falleció de cáncer y ni por esa razón o motivo existe alguna atención especial o por lo menos deberían hacer el paro de que verdad aman su recuerdo.

Es la más profunda hipocresía. Cómo entender a un régimen que permite que la calidad de vida de sus ciudadanos desaparezca? No podemos enfermarnos y menos de cáncer.

Los hospitales no funcionan, las clínicas colapsan, dólares para medicinas no hay, tampoco libertades para continuar produciéndolas en el país. Entonces cuál es el destino de tantos pacientes que merecen continuar con nosotros porque son parte de Venezuela y sí, Venezuela somos todos, no algunos.

Mientras un pajarito le dice a Maduro que Chávez "está feliz", el deber del primero es escuchar la voz del pueblo que a fin de cuentas es a quien se debe garantizar su salud y cura.