Jorge Millán: Acumular fuerzas para lograr el cambio democrático y constitucional


Caracas, 24 de julio de 2014.- El hastío de millones de venezolanos por la situación a la cual han conducido al país hace que la pregunta más común en las conversaciones cotidianas sea acerca de qué hacer para que las cosas cambien.

La inconformidad ya no es un monopolio de los sectores de la clase media, hemos venido insistiendo en como la opinión de los sectores populares viene cambiando. En las visitas que realizamos en las comunidades más humildes de Caracas el deseo de sustituir a quienes nos gobiernan es una constante y la incógnita  que siempre aparece es cómo lograrlo.

Ahora bien, la respuesta a esa pregunta pasa por desarrollar una estrategia que unifique a quienes aspiran un gobierno diferente. Consensuar la estrategia pareciera ser la manzana de la discordia dentro de las fuerzas de la alternativa democrática, en donde existen dos visiones, una que considera que las condiciones están dadas para generar la salida de Maduro y que vale todo con tal de lograrlo y la otra que supone que se debe acumular fuerza hasta que esta sea suficiente para generar el cambio, el cual debe ser constitucional y democrático, para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad. El meollo del asunto es aterrizar en una de ellas, lo cual pareciera que el tiempo tiende a resolver, en tanto que, sí las fuerzas que resisten al madurismo fueran superiores en estos momentos entonces ya tendríamos otro gobierno. De esta forma, la lógica nos obliga a considerar como más plausible la segunda propuesta estratégica, la cual esbozó Henrique Capriles la semana pasada, y que sería la respuesta a la pregunta  que nos hacen sobre qué hacer: acumular fuerzas.

En este sentido,  la cuestión se centra en cómo acumulamos fuerzas, y esto nos conduce a tener presente lo siguiente, el oficialismo, debido a la crisis a la que han conducido al país, viene debilitándose sistemáticamente, para muestra la incapacidad de reproducir las colas en los centros de votación para escoger los delegados al III congreso del  PSUV,  tal como, las que han sometido diariamente a los venezolanos para buscar los alimentos de la cesta básica. Este debilitamiento del PSUV debe verse con sumo cuidado, porque  está generando dinámicas internas que pueden tener incidencia para bien o para mal en el futuro de nuestro país, así vemos como pujan socialistas ortodoxos, reformista, boliburgueses y hasta sectores militaristas de toda índole. Ahora bien, no caigamos en el espejismo de pensar que el debilitamiento del oficialismo implica el fortalecimiento de la alternativa democrática. Lo que sí se puede afirmar es que esta situación ocasiona la aparición de un sector que huyendo del madurismo espera para tomar postura. Por otra parte, tenemos el planteamiento historicista  del padre Luis Ugalde acerca de que la transición vendrá del chavismo, al considerar que será alguien de sus filas quien podrá aglutinar tanto a los factores de poder que lo soportan, como al descontento para impulsar un viraje hacia un modelo viable que les permita sobrevivir. Afirmando en este análisis que los sectores radicalizados de oposición, en ninguna transición, están en capacidad de construir los puentes necesarios para alcanzar la unión  que nos permita entrar a una nueva etapa democrática.

Lo cierto, es que sí no queremos que la hipótesis de Ugalde se haga realidad debemos crecer como opción  y eso sólo es posible incorporando a los descontentos a las filas de la alternativa democrática,  lo cual implica romper facturas, abandonar los odios y ser capaces de atraer a quienes hasta hace poco han pensado distinto o que incluso nos han confrontado.

Generalmente, tenemos la tendencia a sobrevalorar la razón del cerebro (lógica) y ella en los temas humanos no siempre nos lleva a acertar, porque dejamos a un lado la razón del corazón (sentimientos), que en muchas circunstancias es preponderante en nosotros. Es hora de que esta sea incorporada en nuestro ejercicio de comprensión de la situación en que se encuentra el país y que podamos darle su justo peso a cada una de estas perspectivas, lo cual nos permitirá entender a nuestra sociedad, reencontrarnos con los venezolanos desencantados e ir a la búsqueda de quienes aún tienen vendas en sus ojos y piensan distinto, para fortalecernos como plataforma de cambio,  de esta forma, con paciencia y trabajo cumplir con el llamado que nos hace Magaly en el testimonial de esta semana de incorporar a la otra mitad del país a las fuerzas del cambio.

La solución amigo lector está en procurar unir a los venezolanos contra un mal gobierno  y  enamorar a los venezolanos que desencantados andan en la búsqueda de un camino. Hagamos nuestro el poema de Mario Benedetti mi táctica y mi estrategia que dice: mi táctica es aprender como sos /quererte como sos ...hablarte y escucharte /construir con palabras un puente indestructible... vayamos al encuentro de quienes antes tenían opiniones distintas a nosotros, invitémoslos a nuestra lucha y juntos con ellos construyamos la fuerza necesaria para lograr un cambio popular en democracia.¡

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