Juan Carlos Caldera: El mineirazo


Caracas, 14 de julio de, 2014.- No pretendo hacer de este artículo un análisis deportivo del dramático partido que el martes pasado protagonizaron Brasil y Alemania, cuando el equipo anfitrión, pentacampeón y, por supuesto, favorito como lo era Brasil recibió la más humillante goleada en su historia, que ha sido bautizada como el Mineirazo, en memoria del famoso Maracanazo, como se llama al juego de la copa del mundo de 1950 cuando Brasil, jugando en casa (estadio Maracaná) fue derrotado 2 a 1 por la selección Uruguaya, que conquistó la copa del mundo con esa victoria.

Así como Brasil y Alemania protagonizaron ese histórico partido, siendo ambos equipos fuertes, con tradición mundialista pero que nadie podía imaginar que el resultado se acercara a una goleada, no solo en cantidad (7 a 1) sino de la manera como ocurrió la victoria alemana, que para el minuto 30 del primer tiempo ya contaba con cinco tantos a su favor, añadiendo dos más en el segundo tiempo, también las dos fuerzas políticas principales de nuestro país, gobierno y oposición, protagonizaremos el año que viene un histórico proceso electoral, como lo serán las elecciones parlamentarias 2015.

Sin intención de usurpar el oficio del famoso “Profeta de las Américas” Reinaldo Dos Santos, quien hoy es recordado por sus últimos desaciertos, estoy convencido de que, vista la situación del país y lo que podemos pensar que pueda ocurrir de aquí al momento de la elección de 2015, el resultado de esa elección será, en términos políticos, similar al del Mineirazo, es decir, ganará por goleada uno de los dos equipos. Pero dependerá de las decisiones que desde el seno de la unidad tomemos en las próximas semanas. Para seguir usando el ejemplo, la selección alemana que goleó de manera humillante al anfitrión favorito, pentacampeón, al que toda la ventaja de jugar a casa llena no le sirvió para contener la paliza, y pese a tener todo para ganar, o al menos para protagonizar una digna contienda, lució desunido y desmotivado, y condujo a su fanaticada a un vergonzoso resultado que nadie en el mundo esperaba.

Para ganar el “juego” del 2015 debemos, en primer lugar, tomar conciencia de lo difícil e importante del encuentro, y que no hay otra fórmula para ganarlo que jugarlo en equipo. Así contemos con varias estrellas goleadoras, ninguna, por si sola, sino jugando en equipo logrará la victoria. Debemos “entrenar” desde ahora para estar en la mejor condición política y para correr con fuerza durante todo el partido, es decir, recorrer con energía todos los rincones del país. La estrategia del juego tiene que ser unidad y coherencia para que -como un panzer alemán- logremos derrotar a las estrellas goleadoras del otro equipo, como son la inflación, el desabastecimiento, la inseguridad, la ineficiencia, entre otras.

En 2015 saldrán dos equipos a la cancha, gobierno vs oposición, es decir, el pasado vs el futuro. Estamos obligados, como dirección política, a que el futuro le dé una goleada al pasado. No tenemos más opción que ganar el juego en el mejor estadio del mundo, que es Venezuela.

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