Jorge Millán: Maduro estás maleteado


Caracas, 08 de julio de 2014.- El país está cambiando, en Venezuela el desencanto y la frustración empiezan a ser lo común en los sectores populares. El otrora caudillo de la revolución bolivariana Hugo Chávez, tuvo situaciones en las cuales su popularidad había bajado dramáticamente, sin embargo buscaba vías para informarse y tomaba acciones, así el anterior presidente contaba en el taller estratégico, realizado en fuerte Tiuna en noviembre de 2004, que después de ver una encuesta americana,la cual indicaba que perdía el referendo revocatorio de ese año, decidió junto con su tutor Fidel Castro crear las misiones sociales. Luego en el 2012, viéndose  en apuros, volvió a recurrir al dinero de la patria  para crear nuevas misiones como la de vivienda, o adulto mayor y poder de esta manera recuperar el apoyo perdido y mantenerse en el cargo, por supuesto a costilla del futuro de quienes había jurado defender.

Ahora, ni Maduro es Chávez, ni las circunstancias son comparables.‎ En primer término, pareciera que Maduro con su poca preparación para administrar la nación y cercado por la madeja de intereses que le dejara su antecesor, no está en la capacidad de entender sobre el polvorín en el cual se encuentra, ni de construir un plan alternativo para superar la crisis. Y en segundo término, el constante despilfarro de las finanzas públicas, el colapso del modelo socialistas del siglo XXI, como ha ocurrido en todo país que el comunismo se ha instaurado, y la corrupción galopante, le impide seguir recurriendo a las arcas públicas para ganarse el amor del pueblo, y usted sabe amigo lector como se dice popularmente que amor con hambre no dura.

La combinación de los elementos anteriores  ha llevado a que, el fervor casi religioso  presente en los seguidores de la revolución, y el aprovechamiento de la credulidad del pueblo, factores claves para la sumisión popular al proyecto autocrático chavista, ya no sean capaces de mantener las ovejas en el redil.Lo cierto es que, la cruel realidad que vive nuestro pueblo ha chocado con el sistemático condicionamiento que se le intentó hacer. El país  sabe que lo quebraron, que mientras le hacían promesas de amor eterno le montaban cacho con los boliburgueses, que han sido traicionados por el oficialismo entregando la patria y nuestras riquezas a Cuba y sus intereses. Amigo lector, en los sectores populares ya saben que este gobierno cuida de sí mismo y su cúpula, por encima del bienestar del pueblo.

La caída del velo que se está produciendo empieza a crear otra realidad en el país, donde Maduro después de gozar del apoyo endosado de Hugo Chávez, ahora sólo cuenta con un creciente repudio popular. Ya la gente no confía, no siente al gobierno  su defensor y observa al presidente sin las condiciones necesarias para dirigir la nación.

Así, querido lector aunque usted lo dude Maduro esta maleteado, ya los sectores populares del país han dejado de quererlo, lo cual no quiere decir que sea una ruptura definitiva, mucha agua falta por correr debajo del puente, pero por lo pronto no vemos en el horizonte elementos que le permitan revertir ésta situación. Dependerá  por una parte, de las medidas que tome para salir de la crisis y cambiar de rumbo, y por la otra, de los pretendientes a ganarse el amor de quienes antes solo tenían ojos para Chávez y sus colaboradores.

A Maduro ya no le creen las mentiras y a voces la gente pide que se vaya. La relación pueblo-líder está quebrada, incluso en casa afloran luchas intestinas que a viva voz le desconocen como el conductor del barco chavista. Así, los de la izquierda trasnochada, los comandantes del 4F, dirigentes como Florencio Porras o Freddy Bernal, ahora arrepentido de lo dicho, alzan su voz criticando su liderazgo o las decisiones fracasadas del proyecto revolucionario. Pero en realidad esta situación que se profundizará es un efecto del proceso de desamor en que el presidente está inmerso con las bases populares y que tiene un solo resultado, el cual está en pleno desarrollo y sólo falta su materialización, es el caso en el cual la esposa cansada de tantos engaños, vejaciones y traiciones lo corre de la casa, es decir, como se dice coloquialmente lo maletea.

Así, podemos ver testimonios como los de Gilberto Aponte y Johan Montañéz quienes exponen  el desencanto y la aspiración de muchos, incluso de quienes recientemente votaron por él, de que se produzca un cambio en el país. Los ciudadanos cada día están más inconformes y esto está generando una modificación de fondo en las preferencias políticas, maleteado Maduro el país está en busca de quien le devuelva las esperanzas, quien le haga soñar de nuevo y le dé certeza sobre cómo salir de la crisis. Por esto, la unidad de las fuerzas democráticas se hace cada día más necesaria, pero no una unidad de actores simplemente sino una unión propositiva y fundamentalmente incluyente que pueda incorporar a los millones de venezolanos que han roto con el oficialismo. Lo cual sólo se logrará acabando con la polarización y propiciando un reencuentro nacional que de paso a una unidad que represente las demandas y aspiraciones populares. Bueno, después del túnel viene la luz, ya veremos.

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