Maracaibo, 04 de julio de 2014.- Cuando me inicié en política, la lucha que se daba en el Zulia era como imponerla descentralización sobre el viejo, agotado y poco eficiente modelo centralista. Esa lucha se daba desde varios flancos, los más intensos eran la de la Ley de Asignaciones Especiales y la entrega de competencias que le correspondía a la Gobernación administrar, el principal motor de esas luchas era el Gobernador Arias Cárdenas en su primer periodo de gestión.

Recuerdo una vez, inclusive, que el propio Arias Cárdenas amenazó con paralizar el Zulia sino sé cumplían exigencias que, justas todas, el centralismo rechazaba cumplir. Vino entonces una etapa de crecimiento para la región, el modelo de la descentralización daba sus frutos.

Luego, con el gobierno del retroceso, encabezado por Hugo Chávez y ahora impulsado con más fuerza por Nicolás Maduro; la palabra descentralización desapareció por completo, todo tiene que pasar por Caracas, desde un puente en el Sur del Lago, hasta la construcción de una calle en Isla de Toas, todo tiene que venir refrendado por una fría oficina del centralismo revolucionario.

Resulta indignante ver cómo el gobernador Arias Cárdenas olvidó todo su compromiso con la descentralización para acomodarse a su mejor estilo, en la dinámica retrógrada del centralismo que impulsa quienes detentan el poder nacional. Ahora, aquel gobernador que defendía la fuerza de la descentralización, hace silencio ante el dañino centralista, si y solo si, porque ahora le conviene eso.

Seguirá el deterioro progresivo de las gobernaciones y con ello de los beneficios a sus estados, con este modelo que todo lo tiene que hacer el Presidente de la República y nadie puede tener luz propia. Continuarán las carencias sin la aplicación de la Ley de Hacienda Pública regional, que Se le olvidó a unos cuantos, incluso violando un mandato constitucional. Pena da ver aquellos que se desdibujan para no molestar al poder.