Caracas, 04 de julio de 2014.- En los últimos días del Mundial hemos visto como nuestros vecinos colombianos, argentinos, brasileños, costarricenses, y tantos otros, han disfrutado la alegría que les han dejado sus selecciones al alcanzar grandes victorias. Incluso algunos han olvidado a ratos los problemas que a diario los agobian y se hacen de la celebración, pues los triunfos en el Mundial no se ven todos los días.

En nuestro caso, nuestra vinotinto ha aparecido en los titulares de prensa por el vacío que aún existe en el puesto del director técnico. Diego Maradona, mundialmente conocido por su buen juego en las canchas de fútbol y por sus escándalos en su vida diaria, asoma la posibilidad de que, luego de conversar con el presidente Nicolás Maduro, él pueda ocupar ese puesto.

Frente a un gobierno que privilegia los titulares de prensa y los shows por televisión antes de solucionar los problemas de los venezolanos, no desecharía esta posibilidad, incluso cuando los gobiernos no deben interferir en las decisiones de las federaciones de fútbol. Y a los venezolanos, lastimosamente, tampoco les sorprendería que el Gobierno quiera extender sus influencias hasta el deporte. Nadie se siente sorprendido.

¿Hasta en el deporte debemos soportar que se privilegie la división, la simpatía partidista, el escándalo, sobre los resultados positivos, la eficiencia, y los triunfos? Ya lo estamos pagando caro con nuestra industria petrolera, las empresas de servicios básicos, nuestra frágil economía. El deporte debe ser un espacio en donde todos los nacionales deban encontrarse, y tal parece que podría convertirse en otro espacio politizado ganado a dividirnos aún más.

Nuestra selección, y sus fanáticos, merecemos que se nos presente un proyecto serio, a largo plazo, con metas claras y ajustadas a la medida de nuestros jugadores y no a lo que se dicte desde un ministerio o Miraflores. Ya han censurado y despedido a periodistas deportivos por complacencia política, ¿Qué vendría ahora, rezarle a Maradona? Nadie duda de las capacidades de Maradona como jugador, pero sí como seleccionador. ¿Es capaz de asumir un proyecto a cuatro años? ¿Qué lo anima a venir a Venezuela, el fútbol o amistades políticas?

Como fanáticos de nuestra selección queremos titulares con los triunfos de nuestro país y no con los escándalos del DT.