Tomás Guanipa: Fracaso de un modelo


Caracas, 17 de junio de 2014.- El modelo socialista en Venezuela se ahogó en la economía. Ya los trucos demagógicos del Gobierno no logran disfrazar la realidad que vivimos los venezolanos todos los días, porque al salir a la calle empezamos a padecer la crisis económica y el deterioro social generalizado que padece el país.

Quienes gobiernan, una vez más, han optado por el camino de la manipulación, dejando de lado las vías que pudieran dar un vuelco positivo a la realidad nacional; hecho que traerá como consecuencia que cada vez sea mayor el impacto en el bolsillo en la población. Las cifras económicas y de pobreza en Venezuela son escalofriantes y reflejan un país devastado.

Las condiciones de pobreza en el país son superiores a las que hubo en 1998, y los indicadores económicos actuales son peores que cuando hubo la crisis bancaria de 1996. Que tengamos una inflación acumulada de 23% en 5 meses y una anualizada de 60,9%; más una escasez de productos básicos alrededor del 30%, aunado al aparato productivo nacional arruinado son evidencias irrefutables del desgaste de un modelo que no da más. No existe justificación para que en Venezuela, según datos del INE, el 32,1% de la población viva en condiciones de pobreza tras 15 años de "revolución".

En 2013 hubo 1.795.884 venezolanos que entraron a la pobreza, debido a la inflación de 56,2% que se registró. Sin embargo este año ambas cifras serán mayores, por la negativa del Ejecutivo a corregir. La economía no cree en ideologías y ha obligado al gobierno bolivariano a liberar precios de alimentos regulados, subir tarifas de servicio públicos y devaluar la moneda hasta el punto de tener 3 tipos de cambio; todos estos ajustes han hecho estragos en la gente, pero además han sido en vano, porque fueron recursos aplicados desde la improvisación y no obedecen a una estrategia económica estructurada.

No tiene sentido que el madurismo se esfuerce en crear campañas propagandísticas polarizantes y demagógicas para tapar la cotidianidad de quienes vivimos en el país, porque la realidad nos golpea a diario. Así lo demuestran los últimos sondeos hechos por las diferentes encuestadoras; en ellos se puede ver que la popularidad de Nicolás Maduro ha caído estrepitosamente, porque la gente lo responsabiliza por la desesperante condición económica en la que estamos sumergidos.

El Gobierno se verá obligado a tomar medidas aún más fuertes e impopulares, que no están pensadas para el beneficio del país; sino para subsistencia en el poder de quienes hoy lo detentan. Juegan de forma indolente con una población que sufre todos los días las consecuencias de una gestión, que utilizó una bonanza petrolera para populismo electorero y no para desarrollo de la nación.

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