David Viana: La paz se construye todos los días


Caracas, 29 de mayo de 2014.- Lo único que recuerdo es el golpe en la cara y donde pensé “esto no puede ser verdad”. Me desperté doce horas después con placas de titanio en ambos pómulos. Me contaron que perdí la conciencia y la operación duró ocho horas. Me encontraron tendido en el pavimento, cerca del Museo de Transporte. En el secuestro, se llevaron la plata, la cédula y el miedo. Este ataque, que nunca sabremos de donde salió y con tanta saña, solo me hizo querer luchar más por mi país, por buscar la justicia y por ocuparme aún más de los graves problemas sociales que golpean a diario a los guareneros; altos índices de pobreza y delincuencia.

Soy Guarenero (Guarenas-Edo. Miranda) de nacimiento y de corazón, y desde mis años universitarios, fui miembro de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela y luego fui miembro de su comité ejecutivo por parte del grupo Justicia Universitaria.

Guarenas se conecta a Caracas por la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, y su tránsito es uno de los más peligrosos y poco vigilados de las autopistas venezolanas. Por ello, creamos un comité de Usuarios de la Autopista, a través de una cuenta en Twitter que llamamos @UsuariosGMA una lucha social por la movilidad, con el cual creamos conciencia y alertamos -a todo el que transite por ella- sobre accidentes, problemas y concienciación ciudadana. Estamos sobre los cuarenta y ocho mil usuarios que se conectan en nuestra red y confían en nuestra información.

Pero mi deseo de poder ayudar, me hizo buscar una palestra más amplia para llegar a una mayor cantidad de personas. Hoy, soy el único concejal electo por la Unidad Democrática en Guarenas, a pesar de mi corta edad y de tener casi todo en contra.

Mi bandera, es un símbolo que nos unifica como nación, como ciudadanos, como habitantes de este país. Se ha convertido en un símbolo de lucha por la Venezuela que queremos. Es un factor unificador usado por oficialismo y oposición. Para mi no hay diferencia de que tenga siete estrellas u ocho. Al igual que la Constitución antigua y la nueva. Si todos nos reconocemos y entendemos las reglas del juego -el sistema en el cual estamos- podremos generar reglas del juego válidas y podremos avanzar como sociedad. Es un tema de encuentro, de sentirse venezolano.

Lo que falta acá es vernos como un equipo. No vas a competir con el que está a tu lado, sino con el equipo que viene a jugar contra ti. Y eso es algo que no hemos visto. Así como el potencial que tendríamos como equipo para ser la meca en Latinoamérica.

La paz es algo que se construye todos los días. Ceder el paso, dar los buenos días, es algo que al final aporta mucho al tema de la paz.

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