Caracas, 23 de abril de 2014.- La Venezuela que estamos viviendo y que vamos a vivir amerita un viraje en la forma de hacer y de concebir la política. No son momentos de hacer política chiquita y mucho menos de hacer política para el corto plazo o para obtener un cargo, llegó la hora de hacer política grande, de caras a la Venezuela rural y más humilde con el objetivo de poner primero los intereses de los venezolanos antes que los intereses políticos o económicos de alguna particularidad o grupo élite.

El encuentro con el país más humilde es fundamental para impulsar el cambio que necesita nuestro país, la política del discurso debe ser sustituida por la política de la acción, ya basta de dirigencia que solo busca hacer cosas para salir en televisión o figurar en los medios, pero que no dejan ningún efecto en la sociedad y mucho menos en el país que necesita una esperanza, un camino, para poder transitar hacia el progreso. 

Nosotros desde Primero Justicia y con el ejemplo de Capriles, Ocariz, entre otros, hemos demostrado que trabajando día a día en las comunidades y acercándonos al pueblo es que se logran cambios importantes en la sociedad; despolarizar el país pasa por colocar de primero en la agenda los problemas de los venezolanos, que nos afectan a todos y que sin duda no consiguen en el gobierno ni respuesta ni solución. Promover salidas mágicas, o atajos, pueden traer como consecuencia frustración, y retrocesos; la única salida posible en Venezuela es la que caminemos juntos como pueblo para conseguir solucionar los problemas que tanto agobian a nuestro pueblo, a ese camino me anoto y se anota la mayoría del país. Dos Venezuelas separadas no hacen una sola Venezuela.