Juan Pablo Guanipa: Primero Justicia


Maracaibo, 02 de abril de 2014.- Los ataques a Primero Justicia se remontan a antes de su nacimiento como Partido Político, cuando era una asociación civil promoviendo la justicia de paz. Un aporte, absolutamente legal, de PDVSA para esos fines, ha sido satanizado por quienes dirigen el gobierno nacional más corrompido de nuestra historia republicana. Ya constituido como partido político regional primero y nacional después, ha sido el blanco de una persecución inaceptable en democracia. Algún día tendremos que hacer la lista de las agresiones a dirigentes, alcaldes, gobernadores, parlamentarios, a la misma institución, provenientes de los que están en el poder. Esas agresiones nos han fortalecido y comprometido mucho más con los cambios que este país requiere.

Cuando los ataques vienen de gente e instituciones de la misma oposición, el dolor es mayor, pero la disposición a enfrentarlos y seguir adelante se mantiene incólume. Primero Justicia advirtió en su momento, especialmente entre 2002 y 2005 varios errores que la desesperación nos llevó a cometer y que el tiempo demostró que eran eso, errores. Indudablemente Primero Justicia y sus dirigentes también los hemos cometido. Pero es profundamente injusto que, bien o malintencionadamente, se cuestione el compromiso de Primero Justicia con el cambio democrático en Venezuela. Compartimos la necesidad de luchar por un cambio político en el país y hemos dedicado nuestra existencia organizacional a eso y al diseño de una patria de libertad y progreso. No estamos de acuerdo con un golpe de estado. No estamos de acuerdo con la protesta violenta, pero repudiamos a un gobierno que ha producido una profunda crisis económica, social, política e institucional y que ha caído en la vileza de reprimir al pueblo para mantenerse en el poder. Acompañamos a los estudiantes y a esa gran parte de la sociedad que clama un cambio, pero estamos convencidos de que lograrlo pasa por la reinstitucionalización del país para lo cual es necesaria la protesta pacífica en la calle.

Con respecto a dos de sus dirigentes cobardemente atacados voy a hablar con propiedad porque conozco sus personas y sus actos. Doy fe de la integridad política y ética de Julio Borges. Julio es un dirigente con calidad de estadista que ha logrado, con mucho desprendimiento y solidaridad, dirigir un colectivo que sigue creciendo y sumando voluntades. Y Henrique Capriles debe ser reconocido como un gran luchador que logró motivar a todo un pueblo y está convencido de que esta crisis debe abordarse con trabajo de calle y organización popular. A ese trabajo está dedicado y eso le va a permitir ratificar su liderazgo. Sigo apostando por la unidad a pesar de las deslealtades. Porque para Primero Justicia, Julio Borges y Henrique Capriles, primero es Venezuela.

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