Armando Briquet: La usurpación del diálogo


Caracas, 02 de marzo de 2014.- "Que señalen cuáles son los eventos que a criterio de ellos constituyen violaciones a los DDHH". Luisa Ortega Díaz. Miraflores, Conferencia de Paz. "Nadie puede imponer condiciones al Gobierno para dialogar". Diosdado Cabello. Presidente de la AN.

En nuestra vida no dejamos de tener ejemplos acerca del poder de las palabras. No hay palabra que sobre ni con una inocente intención. En estos momentos hasta la entonación cuenta. Por eso resulta tan ilustrativa la frase que da inicio a estas líneas y que formó parte del discurso de la Fiscal General de la República en ese eufemismo llamado Conferencia de la Paz convocado en Miraflores.

La criminalización de la protesta es un hecho inocultable y la cantidad de personas que se han llevado detenidos en dudosos procedimiento engrosa la lista de las ya conocidas desgracias que hemos vivido. Ahora bien, ¿no está llamada la Fiscalía a actuar de hecho en estos casos? ¿Por qué sí lo hizo con Leopoldo López, por citar un ejemplo, no lo hace con cientos de fotografías y videos que muestran la actuación de civiles y militares excediéndose en sus funciones?

Es de subrayar que la Fiscal diga expresamente "que señalen cuáles son los eventos que a criterio de "ellos" son violaciones a los DDHH".

Pensábamos que estaba para defender los intereses de la nación, no del Gobierno. No sabíamos que su trabajo es distinguir "ellos" y "nosotros".

Nos llama tanto la atención la pantomima que debemos dedicar a hablar de lo obvio: para el régimen el diálogo es imposición.

En democracia las crisis se resuelven mediante el diálogo, pero el sincero, no el teatro que vimos en Miraflores. El Gobierno se comporta como si fuera el dueño del país. Olvida que lo único que le distingue del resto del pueblo es la posesión ilegítima del poder, nada más. Pero no. El régimen actúa como el dueño de una fábrica que ante la protesta de los obreros los llama a su oficina, donde más le conviene estar, rodeado de seguridad y confort, con la misma distancia y jerarquía de siempre, él en su escritorio con su equipo, y el resto de los actores en una visita "guiada".

A los autoritarios el diálogo no le gusta. Para ellos lo principal es mantener las condiciones que les atornillen al poder, sin concesiones, sin reconocimiento del otro. No nos extrañe que en los próximos días salgan los comunicadores por la paz, organizaciones de DDHH por la paz, y toda clase de teatro para seguir autoengañándose y no ver lo que el resto del país tiene que mostrar.

Lamentablemente, mientras estas usurpaciones sigan ocurriendo poco podremos avanzar en la verdadera paz que tanto clamamos.

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