Juan Carlos Caldera: ¡Unidad! Divino tesoro


Caracas, 13 de febrero de 2014.- Frente a la dura situación económica y social que como pueblo hoy estamos sufriendo todos, como consecuencia de la terca decisión de quienes hoy gobiernan de aplicar un modelo fracasado que solo garantiza inflación, destrucción del aparato productivo, desabastecimiento, centralismo ineficiente y dependencia por citar alguno de los resultados de la política -si es que se puede llamar así- aplicada por el Gobierno en la economía, no hay otro camino para enfrentar el momento y superarlo que no sea en unidad nacional y de allí el compromiso reiterado en días pasados por la MUD de mantenernos solidarios ante el reclamo nacional y ser cada día más promotores de la esperanza de millones y concretar así el cambio político que el país merece dentro del marco de la Constitución, y establecer un gobierno de unidad nacional cuyo principal objetivo no sea hacer una revolución política sino por el contrario, lograr una Venezuela de progreso, unida con inclusión y libertad.

La unidad es el activo principal de las fuerzas del cambio. Fortalecerla es medular en nuestra lucha porque acerca el cambio. Mientras debilitarla, menoscabarla o dividirla lo aleja y, por ello, sería un servicio a la permanencia de esta difícil situación que como pueblo estamos padeciendo.

La línea de oposición de la unidad, durante 2014, se centra en el diagnóstico, denuncia y proposición de alternativas a la grave situación económica y social del pueblo venezolano. Nuestro propósito es dejar claro, a los ojos y a la conciencia de todos los venezolanos, que el modelo impulsado desde el poder y la gestión gubernamental son los causantes de la dura realidad que vive la gente. Ello exige acciones concretas a niveles institucionales, de opinión pública y popular. Nuestros medios de lucha son cívicos y no violentos. Por convicciones profundas y patriotismo de raíces humanistas, valoramos la paz.

El diálogo nacional permanente, sincero y con resultados, debe ser asumido, promovido y practicado para que entre todos los venezolanos seamos capaces de encontrar solución a los problemas e ideas para construir un futuro de paz y progreso. El diálogo entre los distintos niveles del poder público para asuntos de administración o de políticas públicas que ameritan cooperación e incluso constituyen competencias concurrentes, es obligatorio. El diálogo no puede entenderse como un mecanismo de opinión pública para el reparto comunicacional de culpas sino desde la unidad lo asumimos como una demostración más de coherencia y compromiso con la solución de los problemas de todo nuestro pueblo.

Nunca olvidemos que no por mucho madrugar amanece más temprano. La salida es la unidad con la unidad.

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