Elías Sayegh: Juego trancado


Caracas, 08 de enero de 2014.- Todos los pronósticos indican que el 2014 será un año muy difícil para Venezuela. Se habla de inflación del 70%, de escasez, de aumento de la gasolina, de devaluaciones y de una violencia galopante.

El pasado año, 2013, la inflación (declarada) estuvo en 56%, todos sabemos que fue mucho mayor, ya que el bolívar "fuerte" perdió casi nueve veces su valor, en términos reales. Donde más se afincó el aumento de precios fue en los alimentos, llegando al 71%. No es un secreto que el país vivió la peor crisis económica de su historia (todavía no admitida por muchos) el año pasado.

En cuanto a la violencia fue un año rojo rojito. Con más de 22 mil muertes violentas al año. Mientras en Colombia celebran que la cifra roja anual bajó de 15 mil, acá sigue aumentando. La cifra roja de Venezuela solo compite con la de Siria, en donde hay una guerra civil.

Mientras el país completo se mantiene en vilo y espera respuestas de parte del gobierno nacional para que se avoque a solucionar, por lo menos estos dos principales problemas, (el problema económico y la violencia) se observa de parte del Gobierno que la agenda política sigue marcando la pauta. Por ejemplo, solo en Caracas hubo 569 muertes violentas en diciembre. Sin embargo, el régimen estaba pendiente de elaborar una lista de dirigentes políticos que se fueron de viaje al extranjero, como si eso fuera un delito. Esto es solo una muestra que nos indica que el Gobierno no prioriza los problemas y que no se está ocupando de lo que debería ocuparse.

En el tema económico el Gobierno debería acabar con el control de cambio, sincerar y fortalecer nuestra moneda y reimpulsar la producción nacional. Si se sigue ahuyentando la inversión privada, a través de las confiscaciones y robos (mal llamadas expropiaciones) nadie va a atreverse a invertir en Venezuela y la crisis económica seguirá profundizándose. Todavía existe el mito, de que cualquier problema económico en el país, se puede solucionar a base de realazos del ingreso petrolero. La realidad es que ya no alcanza, ahora se requiere más que eso. Necesitamos construir un verdadero aparato productivo.

En cuanto al problema de la inseguridad el Gobierno debería reformar el Código Orgánico Procesal Penal (COPP), que hace que todos los delincuentes se mantengan en las calles. Hay que fortalecer el sistema de justicia haciéndolo independiente del Poder Ejecutivo (algo que parece imposible con este Gobierno). Se deben fortalecer los cuerpos de seguridad preventivos, sobre todo las policías municipales y regionales, en cuanto a su presencia y dotación. Además es necesario lanzar una ofensiva fuerte en contra de drogas (cosa que parece imposible, dado los vínculos existentes con la guerrilla).

Es probable que ninguna de las cosas que se deben hacer se haga, porque este parece el país al revés. La política sigue estando de primera en la agenda y no la solución a los problemas del país. Quienes están en el poder, solo piensan en mantenerse en él, y muy poco piensan en sacar adelante a Venezuela. Por tal razón, las soluciones que son racionalmente viables, para ellos son impensables. Esta situación hace que el juego esté trancado.

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