Elías Sayegh: El camino es la paz


Caracas, 18 de diciembre de 2013.- Durante casi 15 años los venezolanos hemos respirado una perenne situación de conflicto generada por los principales actores políticos del país. Esta situación de conflicto ha generado la pérdida de más de 200 mil vidas de forma violenta;  la destrucción de las principales instituciones del Estado, que se dedican a hacer política, en vez de dedicarse a servir a los ciudadanos; y la peor crisis económica que ha tenido Venezuela en más de un siglo, derivada del uso irresponsable de los recursos públicos y del ahuyento al sector privado de nuestra economía.

Los que queremos sacar a este país adelante debemos entender que lo primero que debemos cimentar es la paz. Sin paz, el país no avanzará. Todos los actores de la vida nacional deben dar un paso al frente por el bien de todos. Sin embargo, la paz no puede construirse sobre un clima de violencia, de amenaza o abuso. Paradójicamente, este clima de violencia ha estado generado por el  principal responsable de la paz y el progreso del país que es el gobierno nacional. Mientras el Gobierno siga con un comportamiento agresivo y arbitrario no habrá paz en Venezuela, y por tanto, no superaremos las distintas crisis que tenemos en todos los ámbitos de la vida nacional.

Los venezolanos clamamos por un país de paz, seguridad y tranquilidad. La principal razón de la huida de miles de compatriotas al extranjero ha sido la inseguridad y la violencia. Esta fuga de cerebros, de gente preparada en los mejores centros educativos del país, constituye una pérdida irreparable a corto plazo.

La paz –afirma Juan Pablo II– es un bien indivisible. O es de todos o no es de nadie. No puede haber paz para una parte del país y para la otra no. Esto es un problema que nos afecta a todos y debemos resolverlo entre todos.

Aunque el gobierno nacional es el principal responsable de la paz en el país, también es cierto que no es el único responsable. La paz y el bien común van de la mano. Mientras sigamos teniendo altos índices de pobreza. Mientras sigan proliferando los cinturones de marginalidad en nuestras ciudades. Mientras haya carencias de empleos dignos y oportunidades, no habrá paz. Acá cobra vital importancia el sector privado productivo que puede generar ofertas laborales que representen en el trabajador una mejora en su calidad de vida. No obstante, esto no sucederá hasta que el Gobierno no dé garantías al sector privado.

Por otra parte, cada persona juega un papel importante para lograr la paz nacional. La solidaridad, la caridad y la fraternidad individual de cada ciudadano es fundamental para construir el bien común y por consiguiente para construir la paz. Cada quien debe poner su granito de arena, desde su pequeña trinchera, para que su entorno mejore, y de esa forma ir irradiando la nueva sociedad de la paz. El trato cotidiano con las personas que nos rodean es un aspecto subjetivo, pero de vital importancia, que puede incidir de manera positiva o negativa en esas personas.

Es necesario recalcar que el gobierno nacional tiene la llave para cerrar el círculo de violencia y abrir el círculo de la paz. El círculo de violencia empieza con los insultos, injusticias y discurso incendiario del Gobierno. Sigue con el desate de la violencia, hostilidad en las calles, derivando en inseguridad personal. Continúa con las instituciones podridas que no buscan la justicia sino apadrinan el discurso oficial. Prosigue con el éxodo de personas valiosas a otros países. Acaba con el cierre de empresas, industrias del sector privado, ocasionando así más desempleo y menos oportunidades, lo que produce más pobreza y menos bien común. Lo cual se deriva en más violencia y menos paz. Así este ciclo se repite una y otra vez, cultivando de manera progresiva la institucionalización del país de la violencia.

blog comments powered by Disqus