Caracas, 14 de diciembre de 2013.- De las elecciones del 8 de diciembre hay tantas lecturas como resultados. La autocritica es un proceso natural cuando de avanzar se trata, pero debe hacerse en el justo contexto de las cosas. Eso no implica la destrucción de lo que hemos conseguido desde 2010 gracias a la Unidad. Si de responsabilidades hablamos, no podemos trasladarlas todas a los liderazgos, ni todas al ciudadano, de las primeras se han hablado bastante, hablaré hoy de las que tenemos todos como electores.

Los resultados del domingo pasado no son una victoria política ni para el gobierno ni para la oposición, pese a la intención de manipular cifras nacionales de voto popular y porcentaje de alcaldías ganadas, el PSUV perdió espacios y votos respecto al 2008, más de 700 mil para ser exacto. Pero lo numérico no es lo importante, si nos vamos al simbolismo de las alcaldías conquistadas por la oposición. Nada más y nada menos que Barinas, Maturín, Barquisimeto y Valencia ahora serán gobernadas por la Unidad.

La oposición aunque avanzó, pero no lo hizo en los términos de las elecciones del 14 de abril, una elección totalmente distinta, pero que mostraba la posibilidad que tenía la Unidad en 13 capitales y 96 municipios del país, donde Henrique Capriles logró salir victorioso.

Hablemos del municipio Libertador en Distrito Capital, Guaicaipuro en Miranda y Maracay en Aragua. En Libertador Jorge Rodríguez ganó con 478.592 mil votos, el 14 de abril la oposición logró allí con 611.359, es decir, 121 mil votos más de los logrados por Rodríguez ¿Una mayor participación hubiese hecho la diferencia? En Guaicaipuro, Francisco Garcés ganó con 58.235, el 14 de abril Henrique Capriles tuvo 80 mil votos en la capital mirandina. Otro caso es Maracay, donde el candidato oficialista ganó con 60 mil votos menos de los obtenidos por Capriles en 14A.

El oficialismo triunfó, pero en su objetivo de sembrar la desesperanza en algunos electores, tal como ocurrió en las elecciones regionales del 16 de diciembre de 2012. La abstención afectó fundamentalmente a la oposición y eso debemos tenerlo muy claro. Espero que de una vez por todas entendamos que cuando dejamos de participar ganan ellos, cuando no salimos a votar otros votan por nosotros, cuando nos quedamos en  casa, ellos se declaran triunfadores.

Hay electores que siguen convencidos que la abstención le hace daño al gobierno, cuando los resultados están a la vista, la abstención nos castiga a nosotros mismos, eso definitivamente es masoquismo. Debemos tener un nuevo mensaje y propuestas llamativas para que más nunca la abstención nos arrebate espacios, que quede claro que quienes deciden no participar, terminan votando por los candidatos del PSUV.