Elías Sayegh: ¡El Hatillo decidió!


El Hatillo, 12 de diciembre de 2013.- La jornada electoral del 8 de diciembre en el municipio El Hatillo, fue a todas luces un evento atípico en el que la oposición no tuvo un candidato único; y al cual concurrimos varios aspirantes. Además fue una campaña electoral prolongada, que tuvo un intervalo y que luego fue retomada hasta culminar el pasado domingo. Eso, por supuesto, supuso un cansancio del electorado y una saturación del mensaje. Con todo esto; los comicios se celebraron en paz, algo no tan fácil de lograr considerando que había 9 comandos movilizándose en el territorio municipal. Lo importante es que la gente decidió entre varias opciones y se expresó cívicamente, eligiendo al candidato de su preferencia. La voz de los ciudadanos se expresó y eso implica un mandato sagrado. Para quienes tenemos el ejercicio político como profesión de vida, oír al pueblo es vital y más fundamental aún, respetar su decisión.

En los avatares de la política se gana y se pierde. La derrota hay que asumirla con humildad, hay que tomarla como una prueba que nos manda Dios para evaluar nuestra entereza y saber de qué fibra estamos hechos. Toda pérdida deja un aprendizaje si hacemos una evaluación, objetiva, desapasionada y crítica. Muchos de los más grandes hombres, sufrieron varias derrotas antes de acceder al poder. Con ello no pretendemos justificar la pérdida, pero sí entenderla. Pero eso sucederá en los próximos días, cuando nos sentemos a reflexionar sobre las causas y pormenores de lo sucedido.

De lo que sí puede estar seguro el hatillano, es de mi compromiso de fe inquebrantable por elevar su calidad de vida. La suerte del Municipio no me es ajena, porque soy un residente de él y porque he adquirido en estos varios años de preparación y reflexión, una perspectiva acerca de cuáles son las debilidades, carencias y fallas que nos aquejan y de cómo hacer para solucionar estos problemas; y enrumbar a El Hatillo hacia el pleno progreso y desarrollo. El equipo de programa de gobierno que se integró a mi candidatura, no provenían de mi círculo de amistades, ni todos eran de mi partido. La mayoría provenía de la MUD y eran expertos en cada uno de sus temas. Yo creo que eso habla a las claras de mi amplitud y mi disposición a rodearme de gente talentosa, algo ajeno a los consabidos sectarismos que suelen ocurrir en los equipos de gobierno.

Creo que es el momento de la gallardía y de la nobleza, porque hacer política de una manera distinta requiere alejarse de la confrontación y la zancadilla. El reto de la nueva política es encontrar esa senda en la que atendamos los requerimientos de la comunidad con efectividad, pero también que le imprimamos un grado de civilidad a la contienda política, de manera que no alejemos al ciudadano de ella por el encono con que nos ataquemos los unos a los otros. El debate debe ser de ideas y no de infamias. A David, le deseo éxito, por el bien de los hatillanos.

Vendrán nuevos tiempos y nuevos retos. El electorado nos colocó en el rol de opositores y desde esta posición vamos a hacer política, como corresponde al juego democrático. Nos aseguraremos, sí, de hacer una oposición constructiva, no obstruccionista y alejada del infundio, la calumnia y el descrédito. Ese no ha sido ni será nuestro estilo, ni esa actitud corresponde con nuestros valores. ¡Vamos a vivir mejor!

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