Caracas, 03 de diciembre de 2013.- Ante las arremetidas del Gobierno contra los factores democráticos, buscando crear un enemigo interno, luego que el imperio ya es una mentira gastada, lo que nos queda a los venezolanos que queremos un país de progreso y crecimiento es participar más. Ahora es cuando debemos demostrar de qué clase de fibra noble estamos hechos. Ahora es el momento para no desmoralizarse, no permitir que el desencanto nos invada y nos haga pensar que contra esto no se puede. Eso es precisamente lo que el régimen pretende, porque se sabe derrotado y busca enmascarar esta realidad con una huida hacia adelante. Lo que debemos recordar es que en cada proceso eleccionario, desde 2006, la oposición sistemáticamente ha ganado terreno y el Gobierno ha cedido espacios. Cerremos filas alrededor del liderazgo de Henrique Capriles Radonski, tengamos firmeza de voluntad y dejémonos guiar por el faro de la Unidad.

El panorama que nos espera en los primeros meses del año venidero será muy duro desde el punto de vista económico y social, pero también será el escenario donde se estrenen en el poder, en toda Venezuela, cientos de equipos de nuevos gobiernos locales, que con un claro rumbo, una visión estratégica de desarrollo y progreso y un programa de gobierno ad hoc, con seguridad le van a dar un vuelco a sus ciudades, mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos, poniendo orden, mejorando la seguridad y desplegando su ingenio y creatividad. De manera que unas serán de cal y otras de arena. Lo que debemos tener claro es que aunque lo que viene es muy difícil, ningún país se acaba y las crisis son propicias para las oportunidades, sobre todo si gobiernos progresistas pueden desplegar sus ideas y programas. Los tiempos por venir serán de contrastes, entre un pasado ineficiente y tremendamente corrupto y un presente de cambio, eficiencia, orden y eficacia.

La posibilidad cierta de que Caracas toda, quede en manos de alcaldes de El Trabuco y que ello dé lugar a la conformación de mancomunidades, es una gran oportunidad para los caraqueños y una vía hacia la solución integral de los problemas de seguridad, vialidad, transporte y basura, por mencionar sólo unos pocos. Lo que viene requiere una gran entereza para afrontarlo, pero también debemos tener fe y esperanza en las posibilidades del país para superar la crisis. Ésta es más profunda, es verdad, pero ahora contamos con una base más amplia, una plataforma más sólida y un pueblo unido que va a luchar a brazo partido por sus libertades, sus derechos y su futuro como nación. No nos queda otra sino seguir dando la cara. La opción no es tirar la toalla, abandonar el barco, irnos. No, ahora es cuando estamos más cerca de salir de estos largos años de oprobio y recuperar el país que nos secuestraron.

Invitamos a todos los venezolanos, pero en especial a los hatillanos a seguir participando en cuanta elección nos permita expresarnos; el 8D tenemos que dar un ejemplo de participación. La democracia hay que ejercerla, para que no se la apropien los indecentes. Estamos a un paso de obtener una resonante victoria en todas las ciudades importantes del país y el Gobierno es consciente de ello, por eso la orden de saqueo busca ganarle votos a un régimen que se sabe perdido. No le hagamos el juego al oficialismo que lo que quiere es sembrar la confusión y la desmotivación entre las filas opositoras. Saben que si salimos masivamente a votar, perderán alcaldías emblemáticas para ellos como la de Libertador y Valencia, las dos joyas de la corona del régimen. Salgamos a votar y demostremos que si estamos unidos a nosotros nadie nos puede vencer.