Caracas, 22 de noviembre de 2013.- A diferencia de un negocio que ante la quiebra decide cerrar sus puertas, los países no cierran sus puertas y deben siempre seguir adelante a pesar de sus gobiernos.

Digo esto porque sin dudas hoy nuestro país está pasando por una profunda crisis que si ocurriera en una empresa seguramente sus socios se sentarían y decidieran su cierre en virtud de la difícil situación que atraviesa, pero nos toca al pueblo lamentablemente pagar los daños de la mala administración del gobierno.

El gobierno ha decidido de cara a las elecciones del 8D, hacer todo lo que tenga en sus manos para revertir una decisión que está en el corazón de la mayoría de nuestro pueblo y es apostar por un cambio constitucional, pacífico, electoral y democrático y por tanto ha tomado el camino de la ofensiva política para tratar de cambiar un consenso en la sociedad venezolana como lo es la gran responsabilidad del gobierno en la profunda crisis económica que padece el pueblo.

Como dice el refrán popular: "la culpa nunca cae al piso" y por tanto la culpa que está hoy del lado del gobierno, éste pretende repartirla a todos cuanto pueda para evitar esa sabia decisión popular que es el voto castigo que se expresará con contundencia el 8D.

Por tanto nos toca a los venezolanos leer con mucha claridad la coyuntura que estamos atravesando y darnos cuenta que el 9 de diciembre estarán presentes y lamentablemente más agravados los mismos problemas que hoy tenemos presentes.

Nadie puede estar en contra que el gobierno haga su trabajo, lo que estamos en desacuerdo es que no asuma su responsabilidad en ser el causante de la situación actual; el mismo Banco Central viene señalando desde comienzos de año el espiral inflacionario en el que entró nuestra economía, muchos expertos advirtieron que la devaluación decretada por el gobierno traía de contrabando una inflación, entonces nos preguntamos ¿había que esperar que el dólar paralelo llegara a casi 10 veces más que el cambio oficial para actuar? 

Decir que el problema de la crisis económica son unos comerciantes usureros que reciben dólares a 6,30 para importar productos y los venden luego a precio de dólar libre es una media verdad o media mentira, ya que los dólares oficiales son otorgados por el gobierno luego de sortear un engorroso procedimiento que en teoría debería servir para ejercer los controles previos y evitar que los dólares sean entregados a empresas de maletín como ha sido denunciado miles de veces y porque el gobierno debería de manera permanente fiscalizar las empresas que recibieron los dólares para asegurarse que fueron debidamente utilizados. Por eso tengamos claro que si hay una frase que resume lo que hoy vivimos es "pan para hoy y hambre para mañana".