Caracas, 08 de noviembre de 2013.- El Gobierno ha hecho dos decretos que pretenden cambiar la realidad y borrar los problemas con una firma: crearon el ministerio para garantizar la felicidad del pueblo y asumieron que la Navidad comenzó el viernes pasado.

Usted pensaría, y con razón, que la época de Navidad es para celebrar, para reunirse en familia, olvidarse de los problemas porque vivimos mejor, y que es una época para reflexionar y mejorar la convivencia entre todos. Aun y cuando nos decretan la Navidad y la felicidad a juro, nada de esto lo estamos viviendo en Venezuela.

Hablemos de uno solo de los problemas que padecemos a diario. Dejemos de lado, solo por un momento, que también sufrimos la inseguridad a diario, que nuestros hijos necesitan más y mejor educación en las escuelas, que las fallas de electricidad ahora se han vuelto constantes en Caracas, que la basura y el desastre en las calles de la ciudad se hacen peores a diario. Solo por hoy hablaremos del tema económico.

Usted tiene que escoger entre llegar a tiempo a su trabajo, si es que lo tiene, o hacer la cola de cuatro y cinco horas para comprar los productos que en su casa necesitan. Usted ahora tiene que estirar aun más el sueldo porque no alcanza para la cesta básica. Ahora tiene que conformarse en comprar lo que se consiga en el mercado sin exigir la calidad del producto o que la marca sea la que le gusta.

Las palabras inflación, devaluación, “no hay”, “llegó el papel”, crisis y desempleo son comunes y quizás las escuchamos a diario. Ninguna de ellas se parece a la Navidad y mucho menos son sinónimos de la felicidad.

El presidente Maduro hizo anuncios que pretenden solucionar esta situación que estamos viviendo. Nos dijeron que hacen un gran esfuerzo para garantizar el abastecimiento y que los sueldos alcancen, pero lo que vimos en esa cadena, y se ha repetido en los últimos 15 años, es esquivar responsabilidades, ver enemigos donde no hay, y peleas con quienes se debe trabajar en conjunto.

Usted y yo sabemos que el Gobierno controla la economía. Sabemos que necesitamos volver a ser un país en donde se produzca y haya empleo. Sabemos que los titulares de la prensa no son los culpables. Usted y yo sabemos que el país no necesita más peleas, sino trabajo conjunto para superar los problemas.

Usted y yo sabemos que no merecemos esto que tenemos.