Cojedes, 29 de octubre de 2013.- La justicia, es uno de los principios rectores en cualquier sociedad, pues su solidez traduce  estabilidad, progreso y crecimiento. Lamentablemente, en Venezuela vivimos en el país de las desigualdades, a pesar de escuchar del gobierno, vocero tras vocero referirse a la justicia social, la igualdad de todos e infinidad de términos con similitudes a la equidad.

Las nuevas generaciones hemos venido desarrollando nuestras vidas en un país donde cada vez más se acentúa la injusticia, observamos cierres de medios de comunicación, juzgamientos políticos, asesinatos sin culpables, violaciones abiertas a las leyes, y hasta ver vulnerada la voluntad ciudadana.

Entonces es cuando podemos preguntarnos, ¿nos quedamos atados de mano? o luchamos por sacar al país del estancamiento político, social y económico que se encuentra. Sin duda, el compromiso inmenso que nos ciñe, doblega nuestro impulso a seguir guerreando por alcanzar la meta, que es la Venezuela de la Justicia y las oportunidades por igual.

A veces los que estamos al frente de los partidos políticos, se nos señala por indicar que es democráticamente la salida a este régimen, pues para los que basamos nuestras vidas en la democracia no hay otro efugio posible, si no los plasmados en la carta magna. Y un puente para ese escape, que permita respirar a nuestros pueblos, aire de progreso y de un futuro más sustentable con mejores alternativas, es el 8 de diciembre que se nos avecina. Es indispensable más que nunca, la participación de cada uno de los que creé, que llego la hora de girar el timón pese a las tormentosas desigualdades, las furiosas olas de violencia y de las difíciles adversidades, hacia un rumbo más estable y que agigante las posibilidades de palpar esa nación soñada por todos. Si este diciembre próximo votamos y prospectivamente hacemos cada municipio el país, ganaremos cantidad considerable de alcaldías y puestos legislativos municipales, que serán las lanzas que nos faciliten la victoria en el terreno democrático próximo.

Hoy padecemos una desconectividad entre los intereses del gobierno y la realidad prioritaria de los ciudadanos, muestra de ello lo asombroso del presupuesto nacional para el año 2014. Donde es alarmante e indígnate conocer, que la inversión mensual por ciudadano para velar por su seguridad es de 7bsf, lo que no alcanza ni para una empanada; mientas se destinan 4millones de bolívares para resguardar la seguridad de Nicolás Maduro y su familia. Es entonces enojoso que nuestro dinero, el de todos los venezolanos sea repartido tan disparejo, estamos hablando que el resguardo presidencial equivale a 12mil salarios de un policía, funcionarios además mal remunerados.

Para muchos la perspectiva del país es bajar los brazos y rendirse, pero cuando tú ves al frente tantas mujeres y hombres dispuestos a luchar por el país, cuando observas miles de jóvenes preparándose y formando parte de un proceso político transcendental cómo pueblo, es cuando podemos decir que hemos puesto en práctica el futuro, lo hemos visto y si funciona, si es real, está vivo en cada joven, en cada estudiante que hoy pugna por levantar a un país que esta tan pesado en corrupción, pobreza y violencia; a los límites de la justicia, pues sin ella la lucha sería en vano y el cambio inadmisible.