José Guerra: La política petrolera que necesita Venezuela pasa por un nuevo gobierno


Caracas, 16 de marzo de 2023.-  El economista y miembro de la dirección nacional de Primero Justicia José Guerra, aseguró que la nueva política petrolera que necesita Venezuela pasa por el establecimiento de un nuevo gobierno que sea capaz de producir más petróleo; atraer mayores inversiones; hacer viable el negocio de la refinación; que establezca regalías diferenciadas y que regule toda la materia petrolera.

A través de un Instagram Live, el también diputado a la legítima Asamblea Nacional, sintetizó que todo ello depende de “un nuevo gobierno” que respete el rol productor de PDVSA y le quite otras funciones asignadas durante la gestión de Hugo Chávez.

De hecho enfatizó que PDVSA no debe definir la política petrolera, pues eso corresponde al Ministerio de Petróleo, como órgano regulador.

Guerra recordó que antes de la llegada de Hugo Chávez al poder la producción de petróleo se ubicaba en 3.288.000 barriles diarios. Pero cuando muere en 2013, la producción ya había caído hasta 2.373.000. Es decir, mucho antes de las sanciones ya la extracción había caído casi un millón de barriles.

También mencionó las promesas incumplidas del Plan Siembra Petrolera 2005 – 2010, que proyectaban llevar la producción a 6.000.000 para finales de la primera década del siglo XXI.

En su Live, Guerra invitó al economista y profesor universitario Luis Oliveros para abordar las políticas que deberían aplicarse para recuperar la principal industria del país.

Muchos errores cometidos

Oliveros reconoció que la destrucción institucional de PDVSA comenzó con la llegada de Chávez al poder, quien la puso a hacer de todo, desviándola de su único rol: producir.

“Si queremos cambiar la política petrolera, debemos comenzar por poner a PDVSA a hacer lo que debe hacer: producir petróleo. Si hay un mal negocio que nos costó mucha plata y muchísimo petróleo fue PetroCaribe que, entiendo, se creó por motivos políticos”, acotó Oliveros.

En este sentido, reconoció que a PDVSA le asignaron funciones de política monetaria, fiscal y tributaria. Y que una de las grandes fallas fue privilegiar, en los últimos 20 años, los precios por encima de la producción.

“Endeudaron a PDVSA como nunca antes. La empresa ha sido objeto de muy malos manejos, de políticas erráticas y deficientes”, dijo, hasta el punto de que la producción en febrero alcanzó a 700 mil barriles diarios y eso por la participación de Chevron.

Lamentó que en este tiempo no solamente colapsó la industria petrolera sino también PDVSA, empresa que fue ejemplo a nivel internacional, aunque señaló que el régimen de Maduro parece haberse dado cuenta, más por pragmatismo, de que había que cambiar algunas cosas como el hecho de permitir la presencia nuevamente de Chevron para intentar levantar la producción.

“Las malas noticias de PDVSA comenzaron mucho antes de las sanciones. En 2014 experimentamos una caída muy fuerte de los precios del petróleo y Venezuela no estaba preparada”, acotó.

Competencia y transición energética

Tanto Guerra como Oliveros coincidieron en señalar que si hoy Venezuela sale a buscar capitales para la industria petrolera se encontrará con algo que no tenía hace 20 años: competencia. Países como Colombia, Brasil, México, Guyana y Argentina, producen petróleo y ocupan un espacio en el mercado internacional. A esto debe sumarse la transición energética hacia fuentes de energía menos contaminantes.

Además calificaron como un error colocar en la presidencia de PDVSA al mismo ministro de Petróleo, característica de los gobiernos de Chávez y Maduro.

La opacidad es otro punto que ha caracterizado a ambos regímenes. Guerra estima que la deuda de PDVSA debe estar cercana a los $40 mil millones, monto que no se conoce con certeza porque PDVSA no publica cifras desde 2016. Pero a ello suma el hecho de que ni PDVSA ni el Ministerio de Petróleo publican las cifras de a cuánto venden el petróleo y menos las cantidades que producen.

Esto último se conoce a través de los informes mensuales emitidos por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). “En el tema petrolero estamos en las tinieblas”, dijo Guerra.

¿Qué hacer en materia petrolera?

Oliveros aseguró que Chávez dio un paso al vacío en 2005 cuando estatizó las empresas que operaban en Venezuela. Y 18 años después están buscando que regresen las compañías.

Según la información que maneja, Chevron está produciendo 110.000 barriles de petróleo. Y su gran desafío es aumentar la producción, de lo cual no tiene dudas, logrará.

No obstante, advirtió que si el Departamento de Estado de EE.UU dice retirar la licencia a Chevron decide, Venezuela pudiera enfrentar en 2023 una recesión por la disminución importante de su actividad económica. El PIB de Venezuela, apuntó, se comportará conforme a como se comporte la industria petrolera en los próximos meses.

“Creo que le darán un poquito más de tiempo y ojalá se les dé permisos a ENI y Repsol para que produzcan aquí. El estado de la infraestructura de la industria petrolera es dramático. Pero PDVSA sola no puede levantar la producción. Es fundamental que Chevron se quede y que se reincorporen ENI y Repsol”.

Propuestas

Además, el dirigente justiciero señaló que Chevron tuvo problemas para sacar el petróleo de Maracaibo y para resolver el asunto pagó el dragado del Lago, trabajo que corresponde a PDVSA porque es un bien público. “Eso da una idea de la gravedad del deterioro de la infraestructura de la industria. Esto se dificulta porque el petróleo de Venezuela es muy pesado y necesita inversión, tecnología y personal para extraerlo”.

Ante la interrogante de qué hacer en materia petrolera, Oliveros respondió que lo primero es revisar la Ley Orgánica de Hidrocarburos –artículos 20 y 21– que limitan la participación en las empresas mixtas.

Además, revisar los impuestos que se cobran a las empresas petroleras que trabajan en Venezuela y el tema de las regalías. La regalía actual es de 33%, es uniforme, pero a su parecer “no puede haber una misma regalía para los campos más productivos y los menos productivos”.

Asimismo, dijo que hay que volver a pensar en una apertura petrolera, abrirla a la participación de la empresa privada nacional y extranjera; fortalecer la institucionalidad de la industria; abrirse a las empresas privadas occidentales; establecer normas de reglas claras; y resolver el tema de la deuda.

Y hay que poner a PDVSA a producir petróleo, enfocarla en eso. Fue una equivocación privatizar las empresas de servicios a partir de 2009.

“El tema es de voluntad política y querer hacer las cosas bien. Pero insisto en abrir la industria petrolera a la empresa privada. Venezuela dejó de ser un actor importante en el mercado petróleo. Mejorar la calidad de vida de los venezolanos pasa por rescatar la industria petrolera”, sentenció.

Depender del petróleo

Guerra cree que Venezuela seguirá produciendo petróleo por muchos años más, pero es fundamental cambiar los malos manejos y crear –o rehabilitar– el Fondo de Estabilización Macroeconómica para tener un colchón que permita enfrentar los vaivenes del mercado petrolero.

“Debe haber una reforma puntual de Ley Orgánica de Hidrocarburos que permita mayor participación de compañías extranjeras y atraer inversión. Convencerlos que retornen no será fácil. Que PDVSA se enfoque en producir y el Ministerio se enfoque en políticas”, agregó.

Insistió en que las reglas de juego deben ser claras para atraer capitales y facilitar que empresas nacionales y extranjeras se instalen aquí como empresas de servicios. Además, ellas permitirían que Pdvsa tenga acceso a financiamiento e iniciar la producción gradual de 100.000 – 100.000 barriles diarios por año, para montarnos en millón y medio en tres o cuatro años.

Finalmente, planteó recuperar el parque refinador de Venezuela –con capacidad para 1.100.000 barriles–, pero que hoy está destruido; y fundamentalmente, despartidizar PDVSA, cuya nómina en 2016 era de 130.000 trabajadores, más que Saudi Aramco.

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