Eduardo Battistini: VENEZUELA: la crisis migratoria más grande del mundo


Caracas, 12 de octubre de 2022.- Somos 7.1 millones de venezolanos literalmente esparcidos por el mundo, superando crisis como la de Ucrania y Siria que son países envueltos en conflictos armados.

La migración cuando tiene estas magnitudes, trae retos muy importantes para los países de acogida, en materia de movilidad humana, regularización, salud, educación e integración efectiva. La clave para poder atender estos temas con eficiencia y respeto a los Derechos Humanos es tener, en primer lugar, empatía con la situación. Los migrantes venezolanos no salen del país por gusto, huyen de una crisis humanitaria.

En segundo lugar, reglas claras y comunes para la movilidad humana, que sean concertadas entre todos los países de acogida y, en tercer lugar, que las políticas en materia de migración sean progresivas y nunca en detrimento de lo ya conquistado en favor de una mejor atención y respeto a los DDHH de los migrantes.

Es cierto que sobre la tragedia humana de millones de venezolanos hay grupos criminales y mafias que han hecho un negocio y se han lucrado de esta tragedia, ahora, la política para acabar con esas mafias no puede recaer en restricciones y muchos más obstáculos hacia los migrantes, deben más bien tener una acción conjunta, decidida y coordinada de los organismos de seguridad de los países para perseguirlos, detenerlos y ponerlos a la orden de la justicia. Mientras se impongan más obstáculos al migrante y menos acción contra las mafias, nada cambiará y el migrante será doblemente victimizado.

Existe en la región ejemplos de buenas prácticas, el Estatuto Temporal de Protección y la figura ejecutiva de una Gerencia de Fronteras para integrar la política pública migratoria y garantizar su ejecución, promovido por el gobierno de Colombia. Es una manera ejemplar de cómo debe verse a la migración, como una oportunidad y no como una amenaza, que la solución debe ser abrir oportunidades y no poner obstáculos a la migración.

Hoy quiero pedir a los países de acogida del continente que pongan como prioridad en agenda lo siguiente:

1. Ponerse de acuerdo en un mecanismo coordinado entre todos para garantizar una movilidad humana segura y respetuosa de los DDHH de los migrantes, haciendo especial énfasis en reglas claras para los países que son sólo utilizados como de paso y donde se registran las mayores violaciones a los DDHH.

2. Una política concertada para perseguir y judicializar a las mafias que usan la migración como negocio.

3. Promover herramientas de regularización en los países de acogida para que los migrantes puedan regularizarse y así integrarse al desarrollo de esos países.

4. Cambiar la visión de ver a la migración como una amenaza y, por el contrario, promover la integración total de los migrantes.

No se puede caer en el error de tratar de Invisibilizar la migración venezolana, en primer lugar porque es imposible esconder a 7.1 millones de personas más los que seguirán huyendo de la dictadura y, en segundo lugar, porque sería hacerle un favor al régimen.

La crisis migratoria venezolana tiene una causa muy clara, la pérdida de la democracia en Venezuela, el foco de los países de acogida en la región debe estar en tener empatía con los oprimidos y no con los opresores.

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