Discurso completo de Julio Borges en la Asamblea Nacional


Caracas, 05 de enero de 2017.- Este jueves 5 de enero de 2017 fue nombrada la nueva directiva que regirá durante el período legislativo 2017-2018 en la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, que fue elegida el pasado 6 de diciembre de 2015. A continuación compartimos el discurso de Julio Borges, quien se juramentó como nuevo presidente del órgano legislastivo.

“Diputados y diputadas y secretarios electos, honorable señora Renata Bueno, diputada del Parlamento italiano que nos acompaña, honorable señor Marcos Adame, secretario de asuntos internacionales del partido Acción Nacional de México. Representantes del cuerpo diplomático, ciudadano y amigo Henrique Capriles Radonski, gobernador del estado Miranda. Ciudado Herny Falcón, gobernador del estado Lara, ciudadanos alcaldes de los distintos municipios presentes en este acto, representantes de los medios de comunicación que por fin volvieron a entrar a la casa del pueblo, a la Asamblea Nacional. Invitados especiales, venezolanos, venezolanas…

Quiero comenzar el día de hoy agradeciendo la entrega al servicio de los venezolanos de nuestro colega, de nuestro amigo, de nuestro guía Henry Ramos Allup, para quien pido un aplauso. Todos de pie.

Quien con respeto y valentía supo conducir esta cámara en medio de los ataques más feroces del resto de los Poderes Públicos secuestrados. Y debo decir que Henry Ramos Allup fue la muestra del respeto cómo se trataron a todos los diputados de la Asamblea Nacional, cosa que se dejó vivir en esta Asamblea. Siempre se respetó a la bancada oficialista y eso es una demostración de nuestra manera de entender la política, la convivencia y las ideas. ¡Quiero para todos los disputados trabajadores de esta institución quienes durante este año han llevado adelante su trabajo con mística, con entrega…

Hoy se instala esta Asamblea Nacional en medio de las más grandes dificultades que hemos vivido como República desde hace más de dos siglos.

Vivimos un momento injusto y vergonzoso: Venezuela, el país más rico del planeta, el país con la mayor cantidad de petróleo, de gas, de oro, de recursos humanos, tiene a su pueblo buscando comida en las basuras de las calles venezolanas.

Tiene a sus niños pequeños hurgando entre las sobras de las calles para poder comer, a sus ciudadanos frustrados y desnutridos y a nuestros abuelos desmayándose en colas para ver si consiguen medicinas y alimentos.

Es como si hubiésemos sido víctimas de una maldición.

Este mensaje es para la familia venezolana, condenada a quizás, una de las navidades más tristes que podamos recordar, haciendo colas para tratar de rendir el dinero que el gobierno le robó a través de la inflación o con el cambio de unos billetes que todavía no han llegado.

Este es un mensaje para la familia venezolana lastimada, maltratada, pobre y empobrecida.

Las imágenes que vivimos hace pocos días en el estado Bolívar y en otros estados de nuestra querida Venezuela, nos duelen en el corazón y dejan un espantoso escenario: hoy Venezuela es el reino de la oscuridad, del caos y la corrupción. Es la miseria como norma. Pero sin embargo allí presente luchando minuto a muninuto y segundo a segundo el pueblo heroico venezolano demostrando su dignidad en cada rincón de Venezuela.

Es el mismo pueblo que ve morir a sus familiares en los hospitales porque no hay medicinas, el mismo pueblo que tiene que despedir a sus seres queridos, o bien en el cementerio por la violencia o bien en el aeropuerto porque se van del país.

Pero hoy existe una realidad que nadie puede discutir: ya Venezuela no se divide en dos grupos políticos. Hoy la realidad es que somos una sola familia, un solo país lastimado, maltratado, un solo país que está sobreviviendo al día, un solo país que ve con asco a un grupito que desde el poder persigue, roba, y se queda en el poder como si fueran los dueños de Venezuela.

Todas estas desgracias tienen a un responsable claro que el pueblo conoce bien.

¿De quién es la culpa?, me pregunto, que el país más rico del mundo tenga a sus ciudadanos comiendo basura y a ustedes no les importe… ¿De quién es la culpa de que los venezolanos salgan en estampida porque no hay oportunidades en el país? La culpa es de los que juraron todo dentro de la Constitución y nada fuera de la Constitución y hoy le tienen miedo al pueblo venezolano.

Y le niegan el derecho a la vida, el derecho al trabajo, y le niegan el derecho a libertad de expresión y le niegan el derecho al voto…

Esa es la hipocresía monumental que tiene que terminar.

El final de esta Venezuela ultrajada, de esta Venezuela que ya grita ya basta, está buscando un cauce. Y quiera Dios que ese cauce sea pacífico, democrático y electoral.

Para la familia venezolana: Conocemos bien quien nos gobierna. Sabemos bien quién es. Conocemos su accionar miserable y sin escrúpulos, su terror a perder el poder, porque el poder se convirtió en una droga de la cual ustedes no se pueden zafar. No imaginan su vida sin el poder.

Por ello quiero ser muy claro ante Venezuela: nuestra lucha hoy de toda Venezuela es imponer la paz, a través de la no violencia, pero con la fuerza del pueblo venezolano, por el voto, por la Constitución y el cambio. Para unir a esta Venezuela rota y arruinada y construir un país de trabajo, de paz y de futuro.

La urgencia de un cambio tiene como propósito lograr una transformación radical que debe unirnos a todos en los próximos años: necesitamos construir una Venezuela donde seamos más y una Venezuela donde tengamos más. Esa debe ser la meta que nos una.

Una Venezuela donde seamos más significa un país humanizado, significa un país donde se respete la dignidad de cada venezolano, donde haya millones de oportunidades para los jóvenes y pensiones dignas para los abuelos. Sin exiliados ni presos políticos, como nuestros compañeros Leopoldo, Antonio, Ivan Simonovic, Daniel Ceballos… los policías como Erasmo Bolívar, los militares presos, los líderes estudiantiles que hoy siguen en los calabozos por pensar distinto. Desde aquí a todos ustedes nuestra fuerza, nuestra solidaridad y el anhelo de una Venezuela libre para todos.

Una Venezuela donde seamos todos ciudadanos de primera con justicia, paz y libertad para todos por igual, donde los derechos de la Constitución sean palpables, se puedan tocar. Sean derechos derechos de carne y hueso. Pero además de una Venezuela donde seamos más, necesitamos construir una Venezuela donde tengamos más. Que el pueblo tenga propiedad sobre la tierra en los barrios y en los campos, en las casas… que el pueblo sea dueño del petróleo, que tengamos más porque democraticemos la propiedad y la economía. Que estimulemos la inversión privada sin empresas sin inversión es imposible generar riqueza en Venezuela.

El reto es desmantelar a este Estado petrolero y corrupto y construir una Venezuela productiva y de propietarios, con un Estado al servicio de los más pobres.

Una Venezuela donde seamos más y tengamos más la podemos comenzar hoy mismo y así prevenir muchas muertes y sufrimientos de venezolanos desahuciados por la crisis.

Estamos a tiempo de prevenir la violencia, pero se necesita que se escuche la Constitución y se escuche el pueblo.

Pero el problema de fondo que quiero plantear es que quienes tienen el poder no quieren escuchar. Que se escuche la voz del pueblo es la primera misión de esta Asamblea Nacional.

¿Cuánto más claro, señores, quieren que hable el pueblo venezolano? ¿Cuánto más? ¿Cuánto más tenemos que gritar que estamos cansados de la corrupción, del odio, de la división, de la destrucción del país. ¿Hasta qué límite pretenden llevar al pueblo venezolano?

En el año 2015, 14 millones de venezolanos votaron por esta Asamblea y ustedes no respetan al pueblo venezolano. Quieren tratar de anular esta Asamblea Nacional.

El año pasado recogimos las firmas del Referéndum Revocatorio y se lo robaron, se robaron también las elecciones de gobernadores y terminaron el año hasta burlándose del Papa Francisco. Y yo me pregunto: ¿cuánto más fuerte debe gritar el pueblo venezolano para que ustedes terminen que escuchar?

Y aquí me detengo para enviarle un mensaje clarísimo a Nicolás Maduro: el pueblo venezolano es el dueño de la democracia, el pueblo venezolano tiene el derecho a votar y a decidir su futuro ya. Señor Nicolás Maduro, no juegue usted a seguir conteniendo la soberanía del pueblo, porque como quien se enfrenta a un río crecido, va a terminar arrasado.

Señor Nicolás Maduro: respete la constitución y respete al pueblo venezolano. No será usted el primero, señor Maduro, quien cegado por la terquedad lo sorprenda la ira de un país cansado y desesperado.

Hoy, y esto es un tema que quiero dejar claro a mis colegas diputados y el pueblo venezolano: hoy la realidad es clara, es una decisión tomada por Nicolás Maduro que en Venezuela no haya elecciones nunca más. Eso es inaceptable y no lo vamos a permitir, ¡cueste lo que nos cueste!

Esta Asamblea Nacional está llamada a liderar ese cambio por el que votaron 14 millones de venezolanos hace menos de un año. Estamos llamados a darle cauce a esa fuerza que se activó para solicitar el referéndum revocatorio y de la que ustedes se burlaron.

La pregunta importante es la siguiente: ¿qué hace un país como el nuestro al que se le han cerrados todos sus derechos constitucionales? ¿Qué hacer frente a un gobierno que pasa del autoritarismo a la dictadura: sin elecciones, sin separación de Poderes y concentrando todo el poder en un grupo?

¿Qué hacer? Lo que nos queda es luchar sin miedo y hacerlo en todos los espacios para salvar la Constitución, salvar a Venezuela y salvar el derecho al voto de todos los venezolanos.

Y este rescate de la Constitución pasa necesariamente por el rol que jueguen los ciudadanos de uniforme, los miembros de la Fuerza Armada, a quienes debemos, desde aquí, enviar un mensaje: recuerden su juramento porque hoy Dios y la patria se lo demandan.

Demandan que ustedes sean los guardianes de la Constitución y los garantes de ese pacto de ese pacto de convivencia que es la Constitución. Hermanos de la Fuerza Armada: Nicolás Maduro está fuera de la Constitución y eso es inaceptable.

Hermanos de la Fuerza Armada: permanecer en actitud complaciente frente a la tiranía es negar su historia y su razón de ser.

Militares venezolanos liberaron cinco naciones al mando de Simón Bolívar. Y tras llevarles la luz de la independencia, fueron los garantes de las repúblicas civiles que se instalaron allí.

Fueron los militares quienes en 1830, que de manera voluntaria, con honor y grandeza, renunciaron a sus fueros y privilegios para acompañar los primeros pasos de la República de Venezuela.

Fueron los mismos militares venezolanos, en voz de Juan Crisóstomo Falcón, quienes tras la hecatombe de la Guerra Federal acompañaron la promulgación del decreto de garantías. El decreto de garantías del general Falcón que hace más de ciento cincuenta años establecía el derecho a la vida, el derecho a la propiedad, el derecho a la libertad de expresión, y el derecho al derecho al voto de todos los venezolanos.

Y fue un militar venezolano también, orgullo de todos, Eleazar López Contreras, quien se quitó el uniforme, recortó el período presidencial y se abrió a las libertades y reformas políticas después de la muerte de Juan Vicente Gómez.

Éste llamado que le hago hoy a la Fuerza Armada no es un llamado a la rebelión ni a la sublevación ni a la rebelión. Al contrario: es un llamado a que se cumpla la Constitución y se permita que el pueblo venezolano vote.

Hermanos de las Fuerzas Armadas: ¿quieren ser herederos dignos del Ejército Libertador Simón Bolívar o ser recordados como los guardianes de Nicolás Maduro?

Ustedes, hermanos de la Fuerza Armada, sabemos que viven el mismo caos y el mismo drama y la misma corrupción que vive toda Venezuela.

Conocemos el problema de la tropa en los cuarteles: la alimentación deficiente, el apresto operacional destruido, el pésimo estado de las instalaciones, la seguridad social indigna. Y lo que es peor: la manipulación política que se quiere hacer de la institución.

Quiero ser muy claro: no tengan miedo de lo que estoy diciendo. No vamos a generalizar porque no es justo. En un futuro gobierno revisaremos caso por caso, para no permitir que una minoría que se ha dedicado a la violación de los derechos humanos y al narcotráfico manche el honor de las Fuerzas Armadas.

Hermanos y hermanas de uniforme: en nombre de la representación nacional, los convoco a que caminemos juntos hacia una Patria donde el pueblo vuelva a verlos con respeto. Una patria en la que la Fuerza Armadas participen activamente en el desarrollo del país porque esa patria que viene necesita unas Fuerzas Armadas institucionales y fuertes. Es obligatorio, y así lo declaramos este día, la construcción de una nueva relación pueblo y su Fuerza Armada Nacional.

Estoy seguro que desde Miraflores llamarán al alto mando para ordenarles que salgan inmediatamente a desmentir o a atacar públicamente lo que aquí he dicho. Pero también estamos seguros de que ustedes saben, como lo sabemos nosotros y como lo sabe todo el pueblo venezolano, que estoy hablando con la verdad. El país espera mucho de ustedes y a las puertas de su conciencia está el pueblo Venezolano que clama por ser escuchado.No lo hagamos esperar más.

Finalmente un mensaje al pueblo venezolano, a los que con todo derecho creyeron alguna vez en la revolución, a los independientes, a los que han adversado este modelo fracasado: nos toca juntos y a fuerza de coraje, vencer a esta dictadura a la que cada vez le importa menos la vida y el dolor de los venezolanos. Y digo juntos porque es imposible pensar que sólamente una persona puede.

Seamos más y tengamos más. Huyamos para siempre de las promesas de salvación mesiánica. Aquí no hay nadie que pueda dar esta batalla solo.

Aquí no hay fórmulas mágicas.

La única fórmula mágica es el voto, porque pone en manos de todos los venezolanos el futuro de nuestro país.

Por lo pronto, además de acompañar en las calles al pueblo venezolano en su sufrimiento y en la búsqueda de las soluciones, en los próximos días aprobaremos por mayoría de esta Asamblea Nacional la Declaratoria de Abandono del Cargo por parte de Nicolás Maduro.

Si alguien tiene dudas sobre los posibles argumentos para tomar esta decisión, sepan que desde el año 2013, y espero que no se burlen de esto, hubo más de 100 mil venezolanos asesinados. Desde el año 2013, 100 mil venezolanos asesinados. Cinco estadios universitarios llenos de cadáveres. Ese es el legado.

Quiero que sepan que apenas el año pasado más de un millón de empleos se perdieron y desde que Nicolás Maduro es presidente, la inflación acumulada es de 4200%. Es la inflación más alta del mundo. Se ha duplicado la pobreza desde 2013. Y de cada 100 venezolanos, 10 están comiendo en la basura de las calles. Además vivimos un vergonzoso y cruel porcentaje de escasez y de miseria para los venezolanos.

Y éstas son algunas de las razones por las cuales nos llevan a dar este paso que debemos dar. Está claro para nosotros y para todo el pueblo venezolano y para el mundo que Nicolás Maduro, al abandonar la constitución, abandonó el cargo y lo que significan los deberes de gobernar.

Con esta decisión, la Asamblea Nacional abre las puertas para que en Venezuela haya elecciones en todos los niveles: desde gobernadores, que tocaban el año pasado, alcaldes, Presidente de la República y, ¿por qué no?, reelegir una nueva Asamblea Nacional si ese fuera el caso. ¡Que sea el pueblo el que decida! Esa es la consigna por la que vamos a luchar todo este año. Que se hagan las elecciones que nos tocan, a las que tenemos derecho y que se deben hacer.

Desde aquí, desde la Asamblea Nacional, en compañía de todos los diputados de esta gran familia que somos la unidad, declaramos el año 2017 como el año del pueblo venezolano protagonista a través del voto.

Y por eso esta Asamblea saldrá a las calles para plantearle pueblo y con el pueblo las distintas alternativas que tienen para el país. Vamos a sesionar en los hospitales, vamos Vamos a sesionar en las fábricas expropiadas, Vamos a sesionar en las regiones, Vamos a sesionar donde está el pueblo sufriendo este sistema que lo ha llevado a la esclavitud. Y que el pueblo sepa que en cada uno de nosotros, nuestra presencia y nuestra fuerza, estará allí para acompañar al pueblo venezolano.

(Los retamos a ir a cualquier parte de venezuela sin sus guardaespaldas y nosotros a ver qué dice la gente)

Esta tribuna de oradores siempre será un lugar propicio para recordar aquella lucha que se llevó adelante para derrotar en 1958 a la dictadura, pero muchas veces nos quedamos en los sucesos del 23 de enero y no hablamos de lo que sucedía en el país en aquel entonces, que hizo que toda la fuerza democrática del pueblo se manifestara. Hace 60 años, 1957, el dictador Marcos Pérez Jiménez inventó un CNE a su medida y se robó unas elecciones con el único objeto de quedarse en el poder. Eso fue lo que despertó en los venezolanos sus ganas de luchar. Cuentan los testigos de aquellos sucesos que el pueblo se convenció de que quien trata de actuar contra el pueblo venezolano, tiene esa batalla perdida. Cuentan que al día siguiente de ese plebiscito hasta el aire que respiraba había cambiado. Cuentan que no se trataba ya de distintos partidos y de distintas tendencias. Era un país entero que, incluyendo a los militares honestos, decidió recuperar su derecho a elegir su futuro.

Hoy Nicolás Maduro juega con fuego, retando a ese mismo pueblo que fue capaz de crear una coalición de fuerzas, conformada por hombres y por mujeres y que logró rescatar el voto y la democracia para Venezuela.

La vida hoy nos pone en una encrucijada similar y debemos demostrar que estamos a la altura de ese compromiso, que hemos aprendido las lecciones de la historia y que somos nosotros los encargados de hacer que quienes se creen dueños del poder bajen la cabeza y escuchen al pueblo venezolano.

Los llamo para que comencemos a trabajar hoy: nos toca recuperar la democracia, devolverle la vigencia a la constitución, y empezar a construir el futuro de Venezuela.

De este tiempo que estamos viviendo se dirá que el pueblo venezolano no se rindió. No será fácil. Estamos frente a un camino lleno de obstáculos pero lo vamos a lograr.

Cuando se escriba esta historia y se hable de cómo salimos a la calle y nos pusimos de pie tras nuestra hora más oscura, le habremos entregado a las generaciones futuras nuestro sacrificio, nuestro aprendizaje, para que nunca más repitamos esta triste historia.

Recordaremos juntos estos años, hablaremos de la épica de la reconstrucción de Venezuela y del orgullo de haberlo hecho juntos. Será una de las páginas más gloriosas de la historia venezolana.

Venezolanos: en nuestras manos no se perderá la República de nuestros hijos.

Señores diputados, en nombre de Dios de quien invocamos su ayuda, declaro formalmente instalado el período de sesiones del año 2017”. 

 

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